Muchos dicen que solo fue un fraude, pero al parecer al Magic Johnson su agua milagrosa sí le funcionó, luego de que el astro de la NBA fue a un pueblo de Querétaro a comprar no uno ni dos, sino 500 litros del líquido de Tlacote por la que miles de argentinos lloraron al no dejárselos meter a su país y que llevó a dicha región de la fama repentina al olvido casi absoluto.
Luego de que el 7 de noviembre de 1991 el Magic Johnson confesara al mundo que era portador del virus VIH y por lo mismo abandonara el basquetbol profesional, el astro de la NBA decidió hacer un viaje secreto a Tlacote el Bajo atraído por los supuestos poderes curativos del agua milagrosa que se extraía de un manantial entre 1990 y 1993 y por la cual miles de visitantes de todo el mundo llegaron diariamente a dicho pueblo de Querétaro con la esperanza de curarse de diabetes, epilepsia, cáncer y hasta Sida.
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Gloria y caída de Tlacote el Bajo y su agua milagrosa
Luego de que Jesús Chaín Simón descubriera las cualidades del agua milagrosa que se extraía en su rancho al curar con ella a sus animales enfermos, sus vecinos comenzaron a acudir al lugar para beberla y a dar fe de tal proeza, para luego hasta 4 mil personas de escasos recursos y famosos como Magic Johnson, José José y el mismísimo Cantinflas hacer fila diariamente en Tlacote el Bajo.
Fue tal el revuelo, que el 19 de 1993 un total de 60 argentinos enfermos de cáncer y Sida y sus familiares (120 en total) se atrincheraban en el aeropuerto de Buenos Aires, pues sus 11 mil litros de agua milagrosa fue confiscada de tres vuelos por no cumplir con el código alimentario. En aquel entonces, incluso, agencias de viajes vendían paquetes a Tlacote con vuelo, estadía de tres días, traslados y hasta 80 litros de agua por mil 190 dólares.
Magic Johnson era un gigante entre puros enanos de Tlacote
Fue a finales de 1992 cuando Magic Johnson y dos personas más llegaron al rancho de Jesús Chaín para llevarse 500 litros en un camión cisterna y dejándole una cuantiosa donación: “Cuando él me dijo quién era y se presentó, no lo podía creer. Le pagó a seis muchachos para que cargaran 500 litros de agua hasta un camión. Era tan alto que todos parecíamos enanos. Nos dijo que había venido porque escuchó que el agua tenía propiedades curativas”, afirmó el dueño del rancho.
Ahora el manantial perdió el encanto. El fraude se hizo evidente con testimonios que jamás aparecieron de enfermos que se curaban y con la mismísima muerte del ingeniero Chaín en 2004 víctima de cáncer. El rancho de Tlacote el Bajo se mantiene como un sitio de historia y nostalgia, con una reja de color azul claro, bardas antiguas, su largo camino de empedrado, pasto seco y un enorme letrero blanco y oxidado que da la bienvenida a los visitantes, así como con los enormes tinacos y la máquina que adquirió su propietario para embotellar el agua que habría curado al Magic Johnson, pero que no le dio tiempo de usar.
EG