Italia volvió a coronarse en casa y completó una hazaña que la instala definitivamente en la élite del tenis mundial. Sin Jannik Sinner ni Lorenzo Musetti, el equipo local encontró en Matteo Berrettini y Flavio Cobolli a dos héroes inesperados que resolvieron cada serie sin necesidad de jugar el dobles. El título llegó con una épica remontada ante España, en una Fiera di Bologna colmada que empujó como un jugador más.
El primer golpe llegó temprano. Matteo Berrettini, que atraviesa un renacimiento absoluto cuando viste la camiseta azzurra, dominó a Pablo Carreño Busta por 6-3 y 6-4. El asturiano reconoció haber sufrido en momentos clave y no haber podido aprovechar las oportunidades al resto, en una superficie que favoreció el poderío del romano.
La responsabilidad cayó en Jaume Munar, que empezó arrasando a Flavio Cobolli pero no logró sostener el impulso. El italiano remontó un partidazo de casi tres horas (1-6, 7-6, 7-5) y le entregó a su país la cuarta Copa Davis de su historia, tercera consecutiva. Con este triunfo, los locales alcanzan el séptimo lugar en el palmarés, quedando detrás de España, que mantiene seis coronas.
Berrettini, el líder inesperado que volvió a ser gigante
Matteo Berrettini se convirtió en el pilar emocional y competitivo de Italia durante toda la Final 8. El romano, lejos de su mejor ranking por culpa de las lesiones, jugó en Bolonia como si jamás hubiese perdido confianza. Con 29 años, 56º del mundo y sin la presión de ser la figura principal, asumió un rol decisivo. Ganó sus tres partidos individuales sin ceder sets y apenas dejó 23 juegos en el camino.
Ante Carreño mostró su versión más dominante: un saque implacable, claridad en los momentos clave y ese plus emocional que siempre lo potencia cuando representa a su país. Ya suma 11 victorias consecutivas en singles de Copa Davis y no pierde desde su debut en 2019. Fue, sin discusión, el motor de esta coronación.
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Cobolli, la remontada que selló el título
Si Berrettini encendió la mecha, Flavio Cobolli terminó explotando el estadio. El italiano inició desbordado ante un Munar perfecto en el primer set, pero nunca soltó la intensidad. Ajustó su devolución, se afirmó desde el fondo y terminó imponiéndose en un tiebreak que cambió por completo el rumbo del partido. El tercer set fue puro suspenso, con ambos defendiendo sus turnos de saque bajo una tensión total.
Cuando el duelo pedía un golpe final, apareció la derecha cruzada de Flavio para desatar la celebración de las 10.500 personas que colmaban la Fiera di Bologna. Su triunfo por 1-6, 7-6 y 7-5 cerró una serie impecable para su país, que no necesitó ni una sola vez recurrir al dobles a lo largo de todo el torneo.
España, sin margen y superada en los detalles
La selección española llegó a Bolonia con argumentos para competir, pero se topó con un rival implacable. Carreño, pese a su esfuerzo, sufrió en los momentos clave del primer punto. Él mismo lo reconoció: erró bolas decisivas y no pudo leer el saque de Berrettini en una superficie que penaliza cualquier desconcentración.
Munar, por su parte, mostró carácter para dominar el inicio de su duelo, aunque Cobolli terminó neutralizando su intensidad. España queda con la sensación de haber tenido ventanas de oportunidad, pero sin poder concretarlas. Aun así, mantiene un historial sólido, con seis Davis, y vuelve a quedar a la puerta de otra final peleada.
Italia ya mira más arriba en el palmarés de la Davis
Con este nuevo título, Italia queda séptima en el ranking histórico de la Copa Davis con cuatro trofeos (1976, 2023, 2024 y 2025). Rompió el empate que compartía con Rusia, Alemania y República Checa, todos con tres coronas, y ahora solo tiene por delante a España y otras potencias tradicionales.
Esta conquista, además, confirma el mejor momento de su historia: tres títulos consecutivos, todos con distintos protagonistas y todos superando adversidades, desde lesiones hasta bajas inesperadas.
