Lewis Hamilton vive un momento inédito en su extensa trayectoria. Por primera vez desde su debut en 2007, el británico está a punto de cerrar un año completo sin subir al podio. Su llegada a Ferrari no produjo el salto competitivo que esperaba y, con solo dos Grandes Premios por delante, el siete veces campeón se encuentra lejos de los puestos de élite y más cerca de perder terreno frente a rivales directos.
La situación llegó a un punto decisivo tras el Gran Premio de Las Vegas, donde el piloto terminó octavo gracias a sanciones aplicadas a otros pilotos, luego de haber clasificado último. Más allá del resultado, lo que encendió todas las alarmas fue su ánimo: visiblemente afectado, respondió con desganado pesimismo ante la BBC, dejando incluso en duda sus deseos de correr en 2026. “Estoy deseando que termine. No tengo ganas de que llegue la siguiente”, reconoció, dejando en shock al paddock.
Ferrari tampoco atraviesa un escenario cómodo. El SF-25 se quedó sin evolución real durante el año y expuso limitaciones graves en distintos circuitos. Mientras Charles Leclerc acumuló siete podios y se mantuvo competitivo, el campeón mundial británico quedó relegado, acumulando frustraciones en una campaña que él mismo describió como “la peor temporada de mi vida”, mientras su jefe, Frédéric Vasseur, pidió calma y revisiones más frías antes del cierre del año.
Un año entero sin podios: la racha más larga de su carrera
Hamilton cumplió un año sin subir al podio justo en Las Vegas, el trazado donde en 2024 había alcanzado su última celebración. Desde entonces, sus mejores actuaciones en 2025 fueron cuatro cuartos puestos en Imola, Austria, Gran Bretaña y Austin, insuficientes para sostener su nivel histórico.
Con 152 puntos, está sexto en el Mundial y ve cómo Charles Leclerc lo supera por una diferencia de 74 unidades, mientras Kimi Antonelli se acerca peligrosamente a solo 15.
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La frustración pública de Hamilton
En una entrevista post carrera, Lewis dejó frases que hicieron ruido dentro y fuera de Ferrari. “No hay nada positivo que sacar de hoy”, dijo tras otra actuación frustrante en Las Vegas. También lanzó: “Es la peor temporada de mi vida. He tenido 22 fines de semana malos”. Sus declaraciones, espontáneas y cargadas de cansancio, reflejaron su deterioro emocional y deportivo.
El SF-25 mostró fallas desde el inicio y no recibió mejoras clave durante la temporada. Problemas de rendimiento, falta de tracción y escasa competitividad en clasificación se volvieron repetitivos. En Las Vegas, Hamilton clasificó último, algo que no le ocurría a Ferrari desde 2009. A pesar de los intentos del británico por adaptar su manejo, el auto nunca respondió. “Lo he intentado todo, dentro y fuera del coche. No mejora”, admitió.
El impacto interno
Frédéric Vasseur trató de bajar la tensión ante la crisis emocional de Hamilton. “Entiendo la reacción de Lewis inmediatamente después de la carrera”, declaró, apelando a la calma para encarar las últimas dos fechas. Sin embargo, puertas adentro, el francés también está en la mira, con rumores sobre su continuidad debido a la falta de progresos del equipo y la distancia cada vez mayor frente a las escuderías dominantes.
La escudería italiana ocupa el cuarto lugar en el campeonato de constructores con 378 puntos, a 53 de Mercedes y solo 13 por encima de Red Bull. La pelea por finalizar entre los mejores se volvió cuesta arriba en un año donde las expectativas iniciales eran completamente distintas.
Con Qatar y Abu Dabi como últimas citas del calendario, la leyenda del automovilismo enfrenta una presión inesperada: podría cerrar por primera vez en su carrera una temporada sin un solo podio. Para un piloto que sostuvo récords históricos durante casi dos décadas, el desafío no es solo deportivo, sino emocional, en un año que él mismo define como “para el olvido”.
