Helmut Marko cerró su histórico ciclo en Red Bull Racing tras finalizar la temporada 2025, poniendo punto final a un vínculo que moldeó dos décadas clave en la Fórmula 1 moderna. La salida del asesor de motorsport, confirmada por la propia organización, marca uno de los cambios más significativos en la estructura de la marca desde su ingreso a la categoría. Pese a tener contrato para 2026, el dirigente decidió adelantar su despedida tras un año especialmente exigente.
La decisión tomó fuerza durante el fin de semana en Abu Dhabi, donde las dudas sobre su continuidad crecieron en el paddock. Reunido con la directiva de la escudería en Yas Marina, incluido el CEO deportivo Oliver Mintzlaff, el veterano comunicó su deseo de cerrar esta etapa. El propio austriaco explicó que “quedar a las puertas del campeonato del mundo esta temporada me ha afectado profundamente”, y consideró que este es el “momento adecuado para poner fin” a un capítulo que definió como “extraordinario y extremadamente exitoso”.
Marko deja un legado deportivo incomparable. Además de liderar el programa júnior desde 1999, fue protagonista directo de la construcción de la era más dominante de Red Bull en la Fórmula 1. Ocho campeonatos de pilotos y seis de constructores se obtuvieron bajo su trabajo conjunto con Christian Horner y la estructura técnica del equipo, un balance que el equipo de las bebidas energéticas recordó con un mensaje claro en sus redes:
“20 años, 417 carreras, 6 campeonatos de constructores, 8 campeonatos de pilotos. Gracias, Helmut”.
El impacto de los ocho títulos de pilotos
Durante la gestión de Helmut, Red Bull descubrió, formó y consolidó a algunos de los campeones más influyentes de la era híbrida y pre-híbrida de la máxima categoría. El primero en inaugurar la hegemonía fue Sebastian Vettel, quien conquistó cuatro campeonatos consecutivos entre 2010 y 2013, impulsando a la escudería a su primer gran ciclo dorado.
Años más tarde, la estructura volvería a la cima gracias a Max Verstappen, otro producto directo del programa júnior (aunque incorporado en una etapa avanzada), quien sumó múltiples coronas y sostuvo el dominio de la marca durante el nuevo ciclo reglamentario.
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Estos ocho títulos no solo demostraron la capacidad de Red Bull para detectar talento, sino también la firmeza de su modelo deportivo. Marko fue una pieza clave en ese engranaje, evaluando perfiles y tomando decisiones que definieron generaciones enteras de pilotos.
Los seis campeonatos de constructores
En paralelo, los seis títulos de constructores conseguidos bajo su influencia reflejan la consolidación del equipo como una potencia técnica y estratégica. Esta etapa incluyó la transformación de Red Bull en una escudería capaz de desafiar a fabricantes históricos, apoyándose en un desarrollo aerodinámico sobresaliente y una estructura interna altamente cohesionada.
Tres pilares fueron decisivos en esos campeonatos: la estabilidad directiva, el trabajo conjunto con Christian Horner y la capacidad de Marko para construir planteles fuertes, tanto en pista como fuera de ella. La sinergia entre pilotos formados, apuestas estratégicas y continuidad en la toma de decisiones convirtió al equipo austríaco en el rival a vencer durante más de una década.
