El Mundial de Deportes Acuáticos, que se celebra en Singapur 2025, se ha convertido en un escenario de grandes emociones para México. En apenas unos días, la delegación tricolor ya cosechó seis preseas: cinco de plata y una de bronce, confirmando que el país atraviesa un momento estelar en los clavados. La competencia reúne a las mejores potencias del planeta y, aun así, el país ha sabido hacerse un lugar entre los gigantes.
Pruebas como el trampolín sincronizado femenino de tres metros, donde se enfrentan atletas con múltiples medallas olímpicas, han ofrecido momentos memorables. Justamente ahí fue donde apareció el talento joven y prometedor de dos adolescentes aztecas que sorprendieron al mundo entero: Lía y Mía.
No obstante, la dupla china volvió a mostrar su dominio absoluto en la disciplina, llevándose el oro con 325.20 puntos. Pero el foco también estuvo puesto en las británicas Harper y Jensen, medallistas en París 2024, que defendieron su lugar en el podio con una sólida actuación. Aun así, un par de gemelas de tan solo 14 años puso en peligro el “status quo” con una ejecución casi perfecta que rozó la hazaña.
Lía y Mía Cueva, las gemelas de 14 años que hicieron historia en los clavados sincronizados
Lía y Mía Cueva Lobato no solo debutaron en un Mundial, sino que lo hicieron escalando al podio. Las perlas mexicanas obtuvieron la medalla de bronce en la final femenil de trampolín sincronizado de tres metros con una puntuación de 294.36, apenas 3.99 unidades por debajo de las británicas. Y lo más impactante, su último clavado, un doble mortal y medio adelante con tirabuzón, les valió 68.40 puntos y puso en suspenso el resultado final.
Su actuación fue tan madura como precisa, mostrando una sincronía que, quizás, solo puede lograrse entre hermanas gemelas. No solo deslumbraron por su talento, sino por su valentía. Con tan solo 14 años, dejaron atrás a duplas de renombre internacional y posicionaron a México en el tercer escalón del podio, en una prueba donde dominaron atletas con más de una década de experiencia.
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Sin embargo, esta medalla no fue un golpe de suerte; en abril ya habían ganado la plata en la primera parada de la Copa del Mundo en Guadalajara. Lo que ocurrió ahora en Singapur solo confirma que el futuro de los clavados mexicanos tiene nombres propios, y vienen en par.
México, potencia emergente
Más allá del logro de las Cueva, el país verde blanco y rojo suma, hasta ahora, cinco medallas de plata y una de bronce en Singapur 2025. Destacan figuras como Osmar Olvera, que se colgó dos platas (una individual y otra en pareja con Juan Celaya), además de la medalla por equipos mixtos y la plata conseguida por Gaby Agúndez y Alejandra Estudillo en la plataforma sincronizada.
Todo esto es producto del sólido trabajo que se realiza desde hace años en centros de alto rendimiento, con entrenadores como Iván Bautista, pieza clave en la formación de nuevas generaciones. Este ha sido fundamental en el desarrollo de las hermanas, quienes combinan talento, disciplina y una conexión inquebrantable.
El legado familiar de la familia Cueva
La historia de las Cueva Lobato tiene un componente especial. Su hermana mayor, Suri, de 15 años, ya participó este año en la Copa del Mundo en la prueba de plataforma de 10 metros. Tres hermanas, todas clavadistas de alto nivel, compitiendo en torneos internacionales a una edad en la que la mayoría apenas empieza a soñar con el alto rendimiento.
Esta "dinastía Cueva" podría convertirse en uno de los pilares del futuro deportivo del país. No se trata solo de una buena actuación aislada, es el inicio de un proyecto familiar, deportivo y nacional que podría reescribir la historia de los clavados aztecas en los próximos ciclos olímpicos.
