La muerte se puso de portera y retos a tres futbolistas mexicanos: Javier Hernández, el máximo goleador de la Selección Mexicana, Raúl Jiménez, que va por el récord de Chicharito en Inglaterra, e Hirving Lozano, que despega nuevamente en su carrera con el Napoli.
Los tres, con buenas credenciales, pasan momentos distintos en sus respectivos clubes, por eso en esta tradición mexicana, los tres son visitados por la Huesuda para probar su suerte.
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Aquí las calaveritas dedicadas a estos tres goleadores mexicanos que, en distintos momentos, han puesto el nombre de México en lo más alto.
Calaverita a Chicharito Hernández
La muerte iba a la segura porque le gritaban ‘muerto’,
pero enojada estaba porque alguien se le adelantó.
La blanca fue hasta California para ir por el goleador
y al encontrarlo preguntó: “¿quién fue el que te mató?”.
Fue hasta Inglaterra, Alemania y España en su investigación,
pero sólo a viejos amigos y a ex novias encontró.
La huesuda lo obligó pero Chicharito no colaboró,
hasta que fue a la prensa y con aficionados su duda resolvió.
Dicen que fue el West Ham, otros que su ego lo enterró,
pero algo no cuadraba en la sonrisa de ‘Chichadios’.
Hasta que quienes lo conocen revelaron la verdad:
“Fue un tal Diego Dreyfuss el que lo mató y dejó de anotar”.
Calaverita a Raúl Jiménez
La afición de los Wolves adoraban al Lobo mexicano,
el futbolista tenía carisma, era bueno y goleador.
La muerte lo envidiaba por ser un hombre tan querido,
así que en el campo del Molineaux un día se apareció.
“Tú te vienes conmigo para que otros me sigan”,
dijo la huesuda soberbia y altanera,
El mexicano tenía otros planes y a la muerte contestó:
“si no fui a Manchester o Juventus, contigo menos me voy.
La flaca, enojada, le picó el orgullo al mexicano:
“Te faltan muchos goles para ser como Chicharito”.
Jiménez se indignó y un gol le dedicó.
“Este va para que te calles y te regreses al panteón”.
La muerte finalmente una fan del Lobo se volvió
y juntos hasta la posteridad se fueron gritando “gol”.
Calaverita al Chucky Lozano
Hirving Lozano daba más miedo que la muerte,
por su velocidad y sus goles a los defensas daba pavor.
Un día la muerte de todo eso se enteró,
y vino hasta la tierra por el hábil goleador.
“A ti te dicen el Chucky, pero no creas que es por miedo,
mejor vente conmigo y dime a quién más me llevó”.
Al mexicano le agradó la idea y un nombre le propuso,
para terminar de desquitarse de su técnico, Gattuso.
FDR