La jugada valió el partido. Sucedió en la Segunda División de Portugal, en un duelo correspondiente a la Jornada 25 entre el Leixoes y el Benfica. El hombre que se puso el traje de artista fue Jorge Figueiredo, quien, en medio de la zaga de las Águilas, frotó la lámpara maravillosa y consiguió un gol digno para el Premio Puskas.
Durante un contragolpe, a los 55 minutos, Figueiredo recibió la pelota en el área, realizó un recorte como torero, quebrándole prácticamente la cintura al defensor del Benfica B, y, con una definición de rabona, sorprendió al guardameta y abrió el marcador a favor de su equipo.
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Por belleza, sorpresa y manufactura, la joya de Joca -como es conocido Figueiredo- provocó las palmas de propios y extraños en el encuentro ante las Águilas. Pocas veces se vio una definición similar en la Segunda División portuguesa.
A pesar de eso, y que su gol puede ser considerado en la nueva ceremonia de premiación de la FIFA -al mejor gol del año-, Figueiredo no pudo evitar la derrota del Leixoes ante el Benfica B.
AJ