Adalid Maganda recorre por última vez una de las comunidades de la costa chica de Guerrero. Es el día siguiente a las elecciones estatales y, en los conteos preliminares del PREP y del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), sus paisanos celebran el triunfo de Evelyn Salgado Pineda, hija del controvertido Félix Salgado Macedonio y candidata a la gubernatura por Morena. “El ingeniero me invitó a su campaña y después recorrimos todo el estado con la maestra”, dice, con las noticias de fondo y la sensación de que acá inicia algo, aunque no sabe qué.
Al silbante afromexicano le siguen preguntado por Arturo Brizio y sus problemas con la Comisión de Árbitros. También, le advierten que Guerrero es el último lugar de los 32 estados del país en el deporte y que es necesario darle otro rumbo con su experiencia. Sus hermanos, Marco Antonio Maganda Villalba y Brandon Zaragoza Maganda, conocen el terreno de la política por haber dirigido partidos o participar en otros procesos electorales, casi siempre en Acapulco. Por eso sigue sus pasos.
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Durante la campaña de Evelyn Salgado, Maganda se comprometió a ayudar a la comunidad afromexicana de la costa chica, “porque no somos uno, somos miles, y queremos ser escuchados y reconocidos por el estado”. En su discurso, estaba también el futbol: historias del arbitraje, racismo y denuncias contra Arturo Brizio y su comisión. “Acá mucha gente me preguntaba por lo mismo. Les conté lo que me pasó, porque es momento de que nos valoren igual que a cualquier persona, que no se nos mida por el color de piel”.
La llamada de Félix Salgado Macedonio, que finalmente dejó su candidatura por Morena en manos de su hija -por dos denuncias de violación-, detuvo por unos meses el proceso legal del silbante contra la Federación Mexicana de Futbol. De común acuerdo, las dos partes resolvieron no realizar declaraciones a los medios, “porque ya habíamos dicho cosas que nos lastimaban a los dos”. En el silencio, sin embargo, Maganda cree que existe una trampa para perjudicarlo.
“Las negociaciones se están tardando mucho y eso no me conviene. Antes del próximo torneo vamos a dar una postura al respecto, porque esto no puede seguir pasando. Me están dando largas. Yo quiero arreglarlo, estoy en toda la disposición para que se llegue a un buen arreglo, pero, si ellos no quieren, vamos a seguir luchando”, agrega, tratando de salir del tema para no complicarlo.
Un buen arreglo para él es que le regresen su trabajo en el futbol de Primera División. O, por lo menos, que lo liquiden conforme a la ley. “No he firmado nada ni he podido comunicarme con Brizio. El acuerdo fue sólo de palabra con los abogados (de la FMF). Tengo esperanzas de volver a lo que tanto me apasiona, pero, si no veo oportunidad en el futbol, quiero seguir ayudando en el ámbito político y social”.
La virtual victoria de Evelyn Salgado en Guerrero, que dará un salto a la historia como la primera gobernadora del estado en 172 años, ha puesto el nombre de Adalid entre los candidatos a ‘Líderes deportivos y de la juventud’ de Morena. De seguir en carrera, el hombre de Huehuetán -una de las zonas con fuertes raíces afromexicanas- tendrá como principales tareas el fomento y desarrollo del deporte en la costa chica. “Recorrimos todo el estado, porque queremos que haya un cambio”, repite, casi como un eslogan de campaña.
Al teléfono de Maganda han llegado llamadas de nuevos directivos de futbol. Entre ellos, de la Liga de Balompié Mexicano y la United Premier Soccer League, de Estados Unidos. Lo han contactado, para que pueda colaborar con ellos en la nómina arbitral. “También me han invitado a arbitrar finales en el extranjero. Me pagan todos los vuelos y las comidas, pero estoy enfocado en esto que me encargó el ingeniero (Salgado Macedonio)”. “Esto” es la política.
En las noticias, los datos preliminares del PREP y del IEPC dan como ganadora a la candidata a la gubernatura por Morena. Por eso las reacciones de júbilo en el interior del partido. Por eso el puño apretado de Adalid, que se hace preguntas sin encontrar respuesta. Algo acaba de iniciar y tiene pocas horas para saberlo.
Por Alberto Aceves