Durante el severo confinamiento en España, la campeona paralímpica de triatlón Susana Rodríguez funcionó en régimen de doble jornada: por un lado entrenaba duramente, por el otro ejercía de doctora para ayudar en la lucha contra el virus.
Esta acumulación de trabajo no afectó a su rendimiento deportivo: el pasado sábado, nadó, pedaleó y corrió hasta la medalla de oro en Tokio en la carrera PTVI para atletas con discapacidad visual.
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Trabajando en un hospital, esta mujer sabía que "el covid era muy grave desde el mismo principio".
En esos tensos primeros días de la pandemia, cuando ella atendía llamadas telefónicas para asesorar a personas con síntomas, su jefe organizaba una conferencia cada mañana.
"Nos daba los nuevos datos y las cosas iban realmente mal", explicó esta atleta de 33 años, antes de su carrera en los pospuestos Juegos Paralímpicos de Tokio.
"Me di cuenta que los Juegos no serían posibles antes de que anunciaran que no tendrían lugar en 2020", explicó.
¿Quién es Susana Rodríguez, campeona paralímpica en Tokio 2020?
Entonces, decidió poner su especialización en medicina física y rehabilitación al servicio de los pacientes que se tratan de recuperar de las infecciones más severas. Entre turnos, trataba de encajar algunas horas para practicar en la cinta o la bicicleta estática.
"También tenía miedo de contraer el covid", recordó la atleta, que es albina y parcialmente invidente.
"Una persona ciega depende mucho de tocar cosas y, cuando (la pandemia) comenzó, todo iba de mantener distancias. Tocar no era la mejor idea. Fue difícil, especialmente al principio".
Rodríguez, que ha competido en paratletismo desde niña, terminó tomándose una pausa en su carrera médica para prepararse para la cita japonesa.
"En el mundo de los deportes, esto lo es todo", dijo a los periodistas tras su victoria el sábado, asegurando que había hecho "los deberes" entrenando duro para la carrera.
Con información de AFP
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AAH