En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, el windsurfista Gal Fridman consiguió la primera medalla de oro en la historia de Israel, desde entonces nadie más había repetido la hazaña: tuvieron que pasar 17 años para que un israelí se volviera a colgar el metal dorado.
En Tokio 2020, el israelí Artem Dolgopyat se llenó de gloria al lograr el primer puesto en la prueba de piso de gimnasia artística, ya que su actuación fue meritoria de una calificación de 14.933 empatando con el español Miguel Zapata, aunque el oro se otorgó a Artem por el grado de dificultad; en tercer lugar quedó el chino Xiao Ruoteng con 14.766 puntos.
Seguir leyendo ...
A su vuelta a su país, el gimnasta fue recibido como un héroe, le pusieron una alfombra roja y fue bañado con champán.
Usted hizo historia en azul y blanco, le dijo el primer ministro de Israel, Naftali Bennett.
Sin embargo, la polémica llegó al instante porque se reveló que el atleta no puede casarse con su novia Maria Sakovitch.
¿Por qué no se puede casar Artem Dolgopyat?
Artem no es considerado judío en Israel, nació en Ucrania y para ser judío a ojos del Estado es necesario tener una madre judía o convertirse a la religión y la madre del gimnasta no lo es.
El país de Medio Oriente solo considera los matrimonios religiosos y en caso de no querer convertirse a la doctrina, las parejas se pueden casar en el extranjero y revalidar su acta en Israel.
Pero por el poco tiempo libre que le queda, eso resulta una misión muy difícil para el medallista de oro.
No puede porque debe practicar sin parar. El Estado no le permite casarse, afirmó la madre de Dolgopyat.
A pesar de los esfuerzos de algunos grupos para abrirse al pluralismo religioso, parece que éste no llegará pronto debido a la actual posición del gobierno.
Los ciudadanos de Israel, cualquiera que sea su lugar de nacimiento, no deben sufrir un proceso largo y humillante para tener derecho a casarse, escribió el ex judoca y ahora Ministro de Turismo de Israel, Yoel Razvozov.