Tiene 91 años, 10 nietos, un mar de libros y poesía en cada respuesta. Elena Poniatowska (París, 1932), prolífica escritora de su generación, encuentra en sus recuerdos las descripciones de una sociedad que le recibió en México cuando era niña, que la hizo parte de ella y le hizo adentrarse en sus entrañas, las cuales escribió en notas, crónicas y libros. La mujer de raíces nobiliarias hace el mismo viaje por sus antepasados de Polonia, una nación que lleva en las venas, para contar su historia. Entre estos dos países vive la periodista que se atreve a hablar de futbol a propósito del enfrentamiento de las dos selecciones en el Mundial de Qatar 2022.
¿Qué sabe Elena Poniatowska sobre futbol? "Yo creo que es un área bien defendida por Juan Villoro", confiesa frente al ventanal de su casa, donde recibe a El Heraldo Deportes para una charla rodeada de libros, fotos en blanco y negro, distantes generaciones de periodismo y el gusto de pasar la pelota entre un tema y otro: deportes, sus nietos, feminismo, los tiempos convulsos que no se detienen y literatura.
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—¿Cuándo es ese partido? —pregunta la escritora, emocionada por la coincidencia de ver nuevamente a sus dos países compartir un espacio, un tiempo. Un algo.
—El 22 de noviembre, en el Campeonato Mundial de Futbol de Qatar 2022 —contesta el reportero.
—¿Quieres saber qué opina una polaquita de un juego así? —pregunta, y sin dar tiempo a responder, entra al terreno de juego, el de las preguntas y respuestas, sin miedo, con el temple polaco y la destreza mexicana.
Elena Poniatowska, entre la poesía, el futbol y el México vs Polonia
Entrar a su cancha es todo un viaje. Apenas avanzar por la banda izquierda se respira la quietud y calma de una casa donde parece que se escuchan más fuerte los cantos de los pajaritos. En la media cancha, una contención imponente de cuadros delicadamente acomodados en una mesa exclusiva para posar las fotos que reciben a las visitas. Si uno levanta la mirada, en lugar de una grada llena de aficionados, verá estantes rebosados de libros que entran a la fuerza como portero que se suma al ataque en el área rival en el minuto 90.
En zona de definición, hay dos silloncitos individuales y uno más largo, donde Elena Poniatowska habla, recuerda, corrige, alaba y platica con ese ligero tic en la nariz. Lanza su primer toque al pie: un punto de vista con el que a algunos futbolistas les zumbarían las orejas.
Veo con encanto cualquier cosa que uno aprende con pasión, como el futbol, que es un encuentro de pasiones. Tiene que ver con la creación, con la creatividad de cada hombre. Un futbolista debe pensar hacia dónde va a pasar y cómo se va a enfrentar al contrincante. El futbolista debe ser inteligente, porque a un idiota se le va la pelota".
Sus amistades conocen a la escritora con cariño con un sobrenombre —o contracción— que hace recordar al Santos Laguna campeón en la primera década de los años 2000, y a un carismático asistidor de apellido Ruíz: "Pony". Además de la estatura, la ganadora del Premio Cervantes en 2013 muestra soltura para contestar, como aquel chileno lo hacía con velocidad por la banda para ponerle centros a Jared Borgetti. Incluso en sus respuestas, Poniatowska se atreve a hacer poesía.
Me gusta ver correr a los jóvenes. (…) Creo que el futbol es un juego que implica toda la pasión y el corazón. A los jugadores de futbol les hace bien, salvo cuando suceden tragedias como las de Querétaro. Pero el futbol es correr, es un poco volar. El que corre mucho se levanta y va hacia el cielo. Y la pelota es un tesoro que todos quisiéramos abrazar, pasear; es igual que un globo: nos levanta de la tierra y nos puede llevar al cielo si es que queremos ir al cielo", anota. Si la frase fuera un gol, 'Pony' se llevaba el Puskas.
Esa necesidad biológica de escribir que tiene Elena Poniatowska la llevó a publicar, en dos tomos, El Amante Polaco, una novela que retrata sus raíces, en tiempos del último rey de Polonia, Stanislaw Poniatowski, quien por sus virtudes amatorias fue catapultado al trono por su amante, Catalina La Grande. En paralelo, la autora alterna en momentos no tan lejanos de su historia, haciendo transiciones que repasan la forma de ser de los polacos. "Mi papá también fue soldado. Todos los Poniatowski tienen un montón de corcholatas en el pecho", refiriéndose a las condecoraciones y blasones.
Si alguien conoce la naturaleza de los polacos, así como sus diferencias y similitudes con los mexicanos, es la periodista, que en un ejercicio de comparaciones define a ambas nacionalidades, a días de ver a futbolistas defendiendo cada quien a su bandera en el Mundial de Qatar 2022, en el primer duelo del Grupo C para estos dos combinados.
No son nada fríos. Son calientísimos. Siempre están ardiendo. Son muy apasionados. Son como (Fréderic) Chopin, se enamoran de todo. Son muy entregados. Octavio Paz me contó de una novela donde los polacos se lanzaban con sus caballos, que son extraordinarios, contra los tanques de guerra. ¡Imagínate! Eso terminaba como un desastre. Los polacos son heroicos", comparte.
El deporte está dentro de la familia de Elena Poniatowska: algunos de sus nietos practican varias disciplinas, pero Cristóbal Hagerman es quien destaca con medallas y títulos en Windsurf como velerista. En su familia, como aficionados, suele haber asiduos al futbol, por lo que no pasará desapercibido el resultado del México vs Polonia. "Estaremos muy atentos", dice la escritora al conocer la fecha del partido.
Cual número '10' del mejor equipo del mundo, la escritora estampa su autógrafo y se toma fotos. No descarta en algún momento escribir algo relacionado con los deportes "aunque a mi edad debo apurarme, correr mucho más", sobre todo en algo relacionado con el futbol femenil: "Juegan con una pasión y una habilidad enorme. Hay amor al juego, nada de ver a la mujer como un objeto. Eso me emociona mucho, y el apoyo que le dan".
Elena Poniatowska se divide en dos países, pero no duda en decir a quién apoya en el citado partido: "Obviamente yo voy con México, porque soy de México. Mis tres hijos son mexicanos. Nunca han ido a Polonia. Pero va a ser muy bonito, porque no sé si son grandes jugadores, pero sí sé que son igual de apasionados que los mexicanos", revela.
La historia entre México y Polonia del 22 de noviembre apunta a tener tintes de drama, de heroísmo, de una épica donde faltarán los caballos y cañones, pero estarán los uniformados. Las dos naciones se darán la mano, pese a las hostilidades, y se unirán una vez más como lo hicieron en la vida de Elena Poniatowska, la polaca más mexicana.
— Por Francisco Domínguez