En algunas salas al interior de la República Mexicana los amantes del cine aún pueden disfrutar de El Teléfono Negro, película que es considerada una de las mejores en el apartado de terror en este año pero que, detrás de ella, figura una terrible historia real que se dio en las últimas décadas del siglo pasado en Estados Unidos.
Dirigido por Scott Derrickson, el Teléfono Negro se ha convertido en la favorita de los aficionados al terror, pues el nivel de tensión que maneja a lo largo de toda la película la convierte en uno de los filmes más interesantes que el cine ha visto en los más recientes meses, por lo que no deja de ser tendencia en las redes sociales.
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La película ha dejado convencidos a la mayoría de los expertos en el cine y una de las razones por las cuales ha sucedido esto es porque, detrás de ella, existe una historia real que guarda relación con un secuestro verídico, el cual ocurrió en la década de los 70’s y el cual ha vuelto a dar de qué hablar gracias a la popularidad detrás de este filme.
¿Cuál es la terrible historia real detrás de El Teléfono Negro?
El protagonista de este lamentable suceso es Steven Stayner, niño de 7 años de edad que el 4 de diciembre de 1972 fue secuestrado por Ervin Murphy, mismo que recibía órdenes de Kenneth Parnell, convicto por violación a menores de edad.
A través de la religión católica como pretexto, Murphy comenzó a repartir volantes evangélicos a los niños que salían de la escuela y ahí fue en donde encontró a Steven Stayner, a quien raptó afirmando que lo llevaría a una iglesia.
Stayner subió de manera voluntaria a una camioneta y Parnell, con la ayuda de Murphy, lo llevaron a una cabaña ubicada en California. A partir de ahí los actos de violación aumentaron de manera superlativa, esto pese a que Partnell le aseguró en más de una ocasión al niño que este había sido entregado a su mamá porque “no lo quería”.
Aceptando esta nueva etapa de su vida, misma que no se refleja del todo en El Teléfono Negro, Partenll le cambió el nombre oficial a Dennis Gregory Parnell, inscribiéndolo a una escuela en los años posteriores. Una vez ganada su confianza, el menor tuvo la libertad de salir a fiestas sin la vigilancia de, en este entonces, su nuevo padre.
La situación cambió cuando Parnell dejó de tener interés en Stayner y comenzó a buscar niños más pequeños para secuestrarlos. La historia terminó ocho años después, cuando en marzo de 1980 Stayner acusó directamente al sujeto mientras este se encontraba trabajando.
Al final, Parnell únicamente fue condenado a siete años de prisión, mismos que se redujeron a cinco por buena conducta. Murphy, por su parte, solo fue arrestado por cargos menores, mientras que Steven, tras regresar con su familia, falleció el 16 de septiembre de 1989 tras un desgarrador accidente en su moto.
AC