No, no se trata de ningún Efecto Mandela ni nada por el estilo, sino que simplemente toda la vida hemos vivido engañados. A lo largo de la historia y aunque existe una gran variedad de colores, los ojos azules han conquistado a millones y causado tragedias, aunque realmente no existen, según los científicos que explican la razón de su supuesta pigmentación.
Así como lo leíste: los ojos azules no existen, aunque sea uno de los rasgos distintivos de muchas personas y razas a lo largo de la historia, pues además de supuestamente también ser un defecto natural de colores asociado con la belleza y la singularidad, lo cierto es que como tales no tienen pigmentación.
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Los ojos azules surgieron así y en esta fecha
Los supuestos ojos azules no existen ni han existido siempre, sino comenzaron a impactar a toda la humanidad con su cambio de colores apenas en los últimos 6 mil a 10 mil años pues antes de eso todos los humanos en general tenían los ojos cafés gracias a la pigmentación por melanina. Desde entonces predecir el color de los ojos de un niño es incierto pues aunque los padres los tengan del mismo color, su hijo puede desarrollar un iris de diferentes colores tanto en la pupila como en el borde.
Eso porque cuando un bebé nace, sus ojos se ven claros porque aún no han desarrollado el suficiente pigmento, que se acumula poco a poco con los primeros meses de vida, generando cambios como que los ojos disminuyan su color azul o definitivamente queden cafés después del primer año o durante el proceso de crecimiento.
Los ojos azules no existen, según la ciencia
Los ojos azules no existen como tales pues, a diferencia de los cafés, que obtienen su tonalidad por medio de la melanina, realmente no tienen ningún pigmento azul, sino que así los percibimos por una mera cuestión del reflejo de la luz, de acuerdo con un estudio de la Academia Estadunidense de Oftalmología.
Los expertos afirman que el color de los ojos depende del iris, una estructura que está formada por dos capas con células y músculos, la primera de las cuales se llama “estroma” y es la encargada de hacer que los ojos parezcan cafés, verdes o, en este caso, azules, que surgen a raíz de que las fibras se dispersan y absorben algunas de las longitudes de onda más largas; es decir: si hay una más luz, los ojos se verán azules.
EG