La MLB se jacta de ser una Liga cuyas reglas normalmente impiden sobresaltos importantes y que, por ende, logra cuidar satisfactoriamente a sus jugadores. Dicha situación no era igual hace más de un siglo, cuando un atleta murió por un pelotazo en la cabeza precisamente el mismo año en el que su equipo se hacía con su primera Serie Mundial.
En el pasado, los pitchers tenían la facilidad de manchar y bañar las pelotas con lodo para que los bateadores tuvieran más dificultad al momento de ver las bolas, lo cual hacía que estos tuvieran una eficacia menor al promedio haciendo que los lanzadores, por su parte, se convirtieran en jugadores fundamentales para sus respectivos equipos.
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La muerte de este jugador, sin embargo, cambió por completo las normas del juego. Nos referimos a Ray Chapman, un activo de los Indios de Cleveland que era sumamente querido al interior del club, que contaba con 29 años de edad y que murió por un pelotazo en la cabeza dos meses antes de que su escuadra lograra su primera Serie Mundial.
Murió por un pelotazo en la cabeza en 1920, año en que Cleveland gano la Serie Mundial
Ray Chapman nació el 15 de enero de 1891 en Kentucky, Estados Unidos. Desde pequeño mostró el amor que sentía por el béisbol de las Grandes Ligas, por lo que no luce extraño saber que toda su etapa como profesional la pasó con los Indios de Cleveland.
El beisbolista no solo era querido al interior del club, sino que era un activo importante para el mismo. De hecho, hasta antes de su muerte consideraba el retiro apenas con 29 años de edad, pues tenía en mente pasar el resto de su vida junto a su familia pese a las consecuencias económicas que ello significara.
En la temporada 1920, Chapman y los Indios concretaron una magnífica magnífica que los hizo llegar a la Serie Mundial frente a Brooklyn del 5 al 12 de octubre; sin embargo, la catástrofe llegaría dos meses antes en un compromiso entre Cleveland y los Yankees de Nueva York.
En este cotejo, Ray sufrió un fuerte pelotazo en la cabeza de parte de Carl Mays, mismo que ingresó directamente en su costado considerando que, en aquel entonces, el uso de cascos era nulo. La historia se llevó a cabo el 16 de agosto de 1920 y fue protagonizada por una intensa lluvia que hizo de la misma un acto aún más desconsolador.
El golpe fue tan fuerte que, pese a que Champan salió vivo del diamante, moriría tan solo 12 horas después por las heridas que este le significaron. El partido terminó 4-2 en favor de los Indios e, incluso, Mays disputó más entradas terminando el mismo con un total de 8.
Ray se convirtió, entonces, en el primer (y hasta ahora único) beisbolista de las Grandes Ligas que muere a causa de un pelotazo en la cabeza. Curiosamente, este año tuvo tintes contradictorios para su club, pues tan solo dos meses después consiguieron su primera Serie Mundial después de vencer por cinco juegos a dos a su rival, Brooklyn. El triunfo fue dedicado a un elemento que amaba cantar y que se fue de este mundo como alguien sumamente querido por su entorno.
AC