Saúl Álvarez no oculta el episodio que vivió con el alcohol, el cual lo alejó de por vida de las bebidas embriagantes. El peleador mexicano, además de romper con el que para muchos otros suele ser un fantasma que destruye carreras, se suma a movimientos en contra de las adicciones.
El Canelo no toma ni una gota de alcohol. Eso mismo le ha permitido llevar una carrera ejemplar en el cuidado de su cuerpo, más allá de las polémicas que tuviera por la forma en que ganaba sus peleas.
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El vicio no es un camino para Álvarez. No más. La disciplina y el ambiente familiar suelen ser necesarias para el cuatro veces campeón mexicano.
Saúl Álvarez viene de una familia de boxeadores. A los 10 años se enfundó los guantes por primera vez y se introdujo a un deporte, por medio de su hermano Rigoberto, en el que a la postre destacó.
Ahora, a sus 30 años, recuerda el momento en el que por un momento se salió del camino y tuvo una mala experiencia que por poco lo aleja de los encordados.
¿Por qué Canelo no toma alcohol?
A los 16 años, Álvarez pasó por una etapa complicada al mismo tiempo que entrenaba. A esa edad, en plena adolescencia, tuvo su primer acercamiento con el alcohol. Acepta que tuvo un problema con la bebida, pero ahora lo pudo superar.
La razón por la que se sumergió en ese vicio tuvo que ver con la separación de sus padres, así lo compartió con Los Angeles Times en 2011.
No es que no pueda, es que no me gusta (tomar alcohol)”, dijo en ese momento.
Además, Canelo aseguró que tampoco es aficionado a las apuestas, que cuando va a Las Vegas sólo es a pelear.
Cuando estoy ahí, es por trabajo. No me gusta apostar”, compartió.
Álvarez, con aquellos problemas solucionados, con su hija y su pareja a su lado, busca un nuevo reto para mantenerse vigente como uno de los mejores boxeadores mexicanos, si no es que el mejor, de la actualidad.
FDR