Mike Tyson enfrentará a Roy Jones el próximo 28 de noviembre, en un combate a ocho rounds que marcará su regreso, 15 años después de su última pelea (11 de junio de 2005 contra Kevin McBride). El hombre que observaba al mundo en estado de guerra reveló que en una conversación con su esposa, Lakiha Kiki Spicer, resolvió volverse a poner los guantes.
“Estaba discutiendo con mi esposa algo relacionado al sobrepeso que tenía en ese momento. Ella dijo: ‘¿por qué no subes a la cinta durante 15 minutos al día? Y subí. Pero luego pasé de 15 minutos a dos horas al día”, dijo Tyson, Iron Mike, el campeón más joven en la historia de los pesos pesados.
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El reto de Kiki Spicer encendió el fuego de Tyson y convirtió sus entrenamientos en espectáculo para las redes sociales. Así recorrieron el mundo los videos de Iron Mike, haciendo combinaciones con el costal y las manoplas que le ponían en frente. ¡Bam! ¡Bam! Entonces, como en sus tiempos de campeón, le llovieron ofertas. Lo llamaban para realizar combates a beneficio, pero él eligió finalmente a Jones como rival.
“Ponerse en forma y acondicionarse son dos animales diferentes. Ponerse en forma es ponerse la ropa. Estar en condición es poder salir de tu alma. No puedes hacerlo automáticamente. El estado emocional para prepararse es alucinante”, explicó. Tan alucinante como su regreso al ring.
AAH