El deporte le ha enseñado a la humanidad que nada está escrito, que no hay que hablar antes de tiempo porque en cualquier momento se puede presentar una sorpresa y esta vez traemos a cinco bocones que fueron callados por boxeadores mexicanos en sus peleas.
Si de algo se caracterizan los pugilistas aztecas es de tener una enorme garra que los vuelve rivales muy duros, cuando parece que están casi vencidos, se levantan para dejar hasta el último aliento, lo que también forma parte de la idiosincrasia de México.
Te podría interesar
Y esa valiosa característica ha estado presente en algunos de los capítulos más llamativos en la historia del boxeo.
Boxeadores que fueron callados por mexicanos arriba del ring
Son varios los casos de pugilistas que fueron sorprendidos por mexicanos arriba del ring, como bien se ha dicho, estos sacan la casta ante la adversidad y eso los vuelve altamente peligrosos, aquí cinco de ellos:
- Julio César Chávez llegó a su pelea contra Greg Haugen con un invicto de 84 peleas; el norteamericano cavó su propia al decirle a su rival que tenía ese récord por luchar con taxistas de Tijuana, luego tuvo su merecido al ser vencido por nocaut técnico en el Estadio Azteca.
- Joel Casamayor fue otro que se comió sus palabras, le faltó al respeto a Juan Manuel Márquez en una conferencia de prensa, lo insultó hasta el cansancio y hasta le tiró su sombrero de charro, pero después le arrebató sus títulos.
- Marco Antonio Barrera es uno de los aztecas más destacados en la historia del pugilismo, pero hubo alguien que se atrevió a meterse con sus raíces durante una conferencia de prensa: Kennedy McKinney, en ese mismo momento le asestó un golpe que le dejó el ojo morado, así se presentó a la pelea y perdió.
- Chapo Rosario se interponía en el camino de Julio César Chávez por otro título e hizo todo para retenerlo, incluso de alguna forma se metió con su esposa, lo que encendió el ánimo del César, que al final se impuso, de hecho, Chávez empezó a usar su banda roja en la frente desde esa pelea para protegerse de malas energías.
- El último, aunque no menos importante, es Salvador Sánchez que derrotó a Wilfredo Gómez después de que éste lo despreciara.