Julio César Chávez, el mejor peleador mexicano de toda la historia, tuvo grandes peleas a lo largo de su carrera, pero ninguna como la experiencia que vivió un 15 de septiembre como parte de las Fiestas Patrias y que aquí te decimos cuál fue.
Aunque sin duda el combate del 20 de febrero de 1993 se puede considerar una de sus mejores experiencias de toda su vida al no solo llenar el Estadio Azteca, sino incluso imponer Récord Guiness al convocar a 132 mil 274 personas para su pelea ante Greg Haugen, Julio César Chávez hizo de Fiestas Patrias toda una tradición, de la que ahora Canelo Álvarez tomó la estafeta.
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Ante Haugen y como múltiple campeón de las categorías superpluma, ligero y superligero y récord invicto de 84 peleas sin conocer la derrota, la Leyenda del Boxeo se presentó al Coloso de Santa Úrsula en la que sería una de las fechas más recordadas en la historia del pugilismo mundial.
El nacido el 12 de julio de 1962 en Ciudad Obregón, Sonora, enfrentó al estadunidense, que antes de la pelea había despotricado mucho contra él, por lo que le cobró la afrenta en el quinto round a un rival ya cansado y ensangrentado que, además, caería por tercera ocasión hasta que una andanada de poderosos golpes provocaría que el réferi Joe Cortez parara el combate, dándole la victoria por nocaut técnico al ídolo de ídolos.
Julio César Chávez, la experiencia más memorable en septiembre
Pero nada como celebrar el 15 de septiembre con su gente y con grandes y sonoros triunfos que lo hicieron uno de los más grandes de todos los tiempos y que recuerda con nostalgia y cariño.
“Es una cosa increíble sentir el apoyo de todos los mexicanos en esas fechas. Sí, también una gran responsabilidad, pero algo extraordinario contar con el apoyo de miles de mexicanos, tanto que hasta ahora el recuerdo hace que se me enchine la piel”, afirmó Julio César Chávez.
Y cómo no, si JC brilló en el festejo por el 15 de septiembre ante rivales de gran calidad como Azabache Martínez, ante el que el 13 de septiembre obtuvo su primer campeonato mundial o en la revancha contra Meldrick Taylor y su inolvidable nocaut en el octavo round un 17 de este mismo mes de 1994, aunque ninguno como el duelo que tuvo con Héctor Macho Camacho, a quien le ganó el 12 de septiembre de 1992 el título superligero y que marcó todo un parteaguas en su carrera.
“Es una fecha muy especial para México, pero sobre todo también porque muchos mexicanos se han presentado en Las Vegas y nos han regalado grandes encuentros. Yo tuve muchos combates en esas fechas, grandes, muy grandes peleas”, culminó.
EG