Fue campeón nacional, amigo de Javier Solís y Pedro Infante, pero gastó su fortuna en excesos

Gran peleador en la época de oro del cine mexicano. Amigo de Javier Solís y Pedro Infante. Campeón nacional y, sin duda, uno de los boxeadores más queridos en su momento. Tanto que, incluso, uno de sus rivales se ganó el odio del público tras haberlo noqueado, aunque al final los excesos acabaron con su vida y fortuna. Aquí te decimos de quién se trata.

Aunque nació en Real del Oro, municipio del Estado de México, a los seis años se trasladó a Toluca y dio sus primeros pasos como boxeador bajo los valores de sus ídolos como Pedro Infante, ganándose el aprecio de las clases populares al transformar su nobleza en fiereza cuando se ponía los guantes y convirtiéndose en campeón nacional. Pocos pugilistas como él se han ganado el cariño de la afición gracias a su carisma y habilidad dentro y fuera del cuadrilátero, lo que incluso lo llevó a ser reconocido por el ex presidente Adolfo López Mateos, pero cuyos excesos terminaron con su vida prematuramente como un héroe popular.

Su espíritu parrandero lo acompañó toda su carrera profesional, haciendo amistad con personalidades del medio artístico como Javier Solís, Pedro Infante, María Victoria o Libertad Lamarque, además del ámbito internacional pues llegó a convivir con gran parte de los integrantes de la mítica Sonora Matancera. Checa cómo sus excesos llevaron a la perdición a este campeón nacional.

Amigo de Javier Solís y Pedro Infante, gastó su fortuna en excesos

Se trata ni más ni menos que de José Toluco López, cuyo debut profesional estuvo marcado por los nocauts que lo llevaron a la victoria de dos duelos consecutivos, para a los 22 años, en mayo de 1955, vivir su primera noche gloriosa al derrotar a Fili Nava y conseguir el máximo galardón de su carrera al convertirse en campeón nacional de peso gallo.

El 1 de agosto de 1958 cayó por decisión ante José Medel, El Tepiteño, lo que orilló a un duelo de revancha al que Toluco se presentó trastocado por su desordenado ritmo de vida, cayendo por nocaut en noviembre de 1960, lo que marcó el descenso de la carrera de su rival quien, incluso, reconoció que su gran error fue vencerlo pues se ganó el odio de la gente.

Tras la desilusión de la derrota, Toluco López comenzó a gastar sus ganancias en cantinas y excesos para finalmente ser diagnosticado con cirrosis hepática y perder la vida a los 40 años, el 16 de diciembre de 1972, dejándole a su familia solo un reloj y esclava de oro con su nombre y que le fueron regalados por el ex presidente López Mateos, a quien llegó a dedicarle algunas victorias en su trayectoria profesional.

 

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