Lo conocen como ‘El Elegante’ y es policía de día y boxeador de noche. La campana lo lanza al combate sobre el ring, pero la sirena de su patrulla enciende sus sentidos como guardián del orden. Curiosamente, este elemento auxiliar aprendió el deporte de la cachetada no por gusto, sino por necesidad, pues de niño fue víctima de bullying y su padre lo metió a clases de boxeo, hasta convertirse ahora en campeón gallo latino de la NABF por el Consejo Mundial (CMB).
Tras sufrir las burlas y golpizas de un compañero de escuela que lo molestaba, fue como decidió convertirse en boxeador, para más adelante combinarlo con su trabajo profesional como policía. Un sueño que le despertó desde sus mismos amaneceres, agregado al boxeo de reflectores que incluso ya lo hizo campeón.
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“Empecé a entrenar desde segundo de primaria por el bullying de un niño; había un chamaco que diario me pegaba y como no me defendía, me metieron a clases de box para defenderme. Fue mi papá el que decidió que me hiciera boxeador, porque él lo practicaba y ahí es que empieza el gusto”, afirma en entrevista para Medio Tiempo este campeón, quien proviene de una familia de uniformados en la que su padre lo inspiró a cumplir su sueño de volverse policía a los 19 años.
Tiene un campeonato latino este policía que es boxeador profesional
Se trata de Juan ‘El Elegante’ Martínez, quien como policía no ha tenido que usar sus habilidades como boxeador para someter a cualquier malandro, pero sí la condición que le ha dado dicho deporte para bajarse de la patrulla y corretear a alguien: “Por un policía catalogan a todos como malos, pero algunos sí somos buenos. También fui catalogado como un mal policía, pero si tú te acercas a un policía y le hablas de una buena manera, él va a actuar igual”, afirma.
Ah, pero como boxeador, una jefa de la Policía Auxiliar fue la que lo apoyó para debutar a los 25 años y de ahí nació su gusto, pues su primera pelea la ganó por nocaut en el segundo round: “Me decían Pin Pon porque me lavaba la cara, me peinaba, siempre andaba bien arreglado, perfumado, y alguna persona que me vio boxear me dijo que mi boxeo era elegante y pues ese apodo se nos quedó”.
De la Colonia Peralvillo, en la actualidad ya complementa su trabajo de ser policía con su faceta de ser boxeador profesional, con la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum y su jefe Omar García Harfuch como los que más lo apoyan, pues aunque las dos cosas tienen su satisfacción, “sinceramente es más el triunfo arriba del ring que poder agarrar a un delincuente, porque al final de cuentas estás haciendo tu trabajo”, culminó.
EG