Sin duda alguna, la carrera de Roberto Gómez Bolaños mejor conocido como Chespirito fue una muy importante que marcó la vida de todos los adultos mayores, jóvenes y niños quienes ahora ven sus programas, pero en la versión animada; pero ¿sabías que este actor intentó ser boxeador y futbolista?
La década de los 70s fue conquistada por El Chavo del (, quien conquistó no sólo a México, sino a todos los países de América Latina, y fue de esta manera en que sus protagonistas saltaron a la fama, sin embargo, antes de todo el mundo de la farándula, varios de ellos tuvieron profesiones completamente diferentes a la actuación.
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De acuerdo con algunos datos duros, se tiene estimado que en año de 1975, sus programas eran de los más vistos con un rating de 350 millones de personas, siendo uno de los productos más exitosos del mundo, puesto que al se hizo el doblaje en más de 50 idiomas.
¿Sabías que Chespirito quiso ser boxeador y futbolista?
Chespirito practicó el deporte del boxeo en su juventud, pero no tuvo mucho éxito, todo esto debido a su baja estatura por lo que al final decidió enfocarse en otra cosa. También estudió una Ingeniería Mecánica, puesto que sus tíos se dedicaban a la elaboración de juguetes y esto le llamaba mucho la atención.
Desde muy niño le gustó el futbol y quiso ser futbolista, afición que lo acompañó durante casi toda su carrera, pero casi siempre destacó más por su amor al deporte de los golpes, sin embargo, de igual manera le gustaba la pintura ya que realizaba dibujos de paisajes y rostros.
Chespirito comenzó su carrera como creativo publicitario, esto hizo que se conectara con la radio y la televisión en la década de los años cincuenta, también de dedicó a escribir, contribuyendo con diálogos para guiones de películas y programas de televisión mexicana.
También participó en la realización de varios guiones para las películas de Viruta y Capulina, y tuvo un inicio fugaz con ellos en “Dos criados, malcriados” que salió a la luz en 1960.
El apodo de Roberto Gómez Bolaños se dio gracias al director cinematográfico Agustín P. Delgado, y este se derivó del diminutivo en la pronunciación en español del apellido de William Shakespeare, y se lo impuso porque era como él, sólo que en chiquito. Sus proyectos más exitosos de este comediante fueron sin duda: Los Supergenios de la Mesa Cuadrada; pero el proyecto que rompió con todas las barreras fue el del Chavo del 8 y El Chapulín Colorado.
CA