No fue el primero y, seguramente, tampoco será el último. En esta ocasión se hablará de una auténtica figura que el boxeo mexicano tuvo hace varias décadas, mismo que creció en el barrio, que tuvo grandes combates con otros pugilistas de élite pero que, gracias a su adicción al alcohol, terminó con su carrera para después morir en el olvido.
Se trata de un boxeador mexicano que venció en cinco ocasiones a Juan Zurita, otra leyenda del siglo pasado en el box. Se trata, también, de alguien que por obra del destino pasó de vivir en Guanajuato a formar parte del barrio de la Lagunilla en la Ciudad de México. Se trata, finalmente, de un atleta que perdió la batalla con el alcohol y que murió en el olvido.
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Hablamos, nada más y nada menos, que de Rodolfo el Chango Casanova. Se trata de un pugilista que tuvo todo para ser una auténtica leyenda del deporte nacional pero que, sin embargo, no pudo soportar las mieles del alcohol, bebida que finalmente terminó con su vida rompiendo cualquier paradigma de su carrera. ¿Quieres conocer más sobre él?
El Chango Casanova fue vencido por el alcohol
Los conflictos derivados de la Revolución trasladaron al Chango Casanova, nacido en 1915, de Guanajuato a La Lagunilla, barrio bravo de la Ciudad de México. Fue en la capital del país en donde comenzó a nacer un lindo amor por el boxeo cuando apenas tenía 14 años de edad, siendo entonces su debut oficial en 1932; es decir, solo tres años después.
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Fueron 31 victorias en 33 combates disputados en su joven e inicial carrera, mismos de los cuales obtuvo 24 nocauts. Todo estaba dicho para que el Chango Casanova dominara por completo el boxeo mexicano sin contar, lamentablemente, el gusto que tenía por el alcohol. Todo comenzó en 1934, cuando tuvo la oportunidad de buscar un título mundial en Canadá frente a Sixto Escobar.
Todo estaba puesto para que el Chango lograra el triunfo ante un rival cuyas apuestas no le sonreían y fue, precisamente ahí, en donde comenzó su debacle. Una noche antes, Casanova bebió tanto alcohol que lo anterior no solo le quitó el triunfo, sino que lo hizo ver terriblemente mal al grado de caer por la vía del cloroformo en el noveno episodio.
De crecer en el barrio a morir en el olvido
A partir de ahí, la vida del Chango Casanova ya no fue la misma. Algunas de sus peleas posteriores se caracterizaron por haber subido al cuadrilátero en evidente estado de ebriedad y dicha autodestrucción lo acompañó hasta su retiro. Las rehabilitaciones no funcionaron y, tras vivir sus últimos años como limosnero, murió en el olvido en un albergue para indigentes hace más de cuatro décadas, el 24 de noviembre de 1980.
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AC