Recordado por su tremenda pegada y por decir “No más” en su duelo ante Sugar Ray Leonard, el panameño Roberto Manos de Piedra Durán es sin duda una de las máximas glorias del pugilismo latinoamericano, comparado incluso con el mismísimo Julio César Chávez, que finalmente se retiró luego de morir durante 30 segundos en una cama de hospital. Aquí te traemos la historia de este boxeador, que ganó cuatro títulos mundiales en diferentes categorías... Un peleadorazo.
Igual que Julio César Chávez, Manos de Piedra ganó títulos en cuatro divisiones y terminó su carrera como boxeador con marca de 103 victorias, 16 derrotas y la friolera de 70 nocauts, visitando la lona solo cuatro veces para quedarse viendo las lámparas, además de aquel infame “No más” ante Sugar Ray Leonard, luego de mantener su reinado dentro de los pesos ligeros, wélter, superwélter y medianos y viendo caer a sus pies a 24 campeones del mundo.
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De Cholo a Manos de Piedra, por el poder de sus puños
Nacido el 16 de junio de 1951, Roberto Durán fue conocido como boxeador primero como El Cholo, aunque no tardó mucho en ser reconocido como Manos de Piedra por su extraordinaria pegada que lo llevó a una marca de 70 nocauts, varios títulos y a decir a todas sus víctimas que sintieron como si les hubieran golpeado con una piedra.
En su debut profesional como boxeador el 23 de febrero de 1968, a los 16 años Manos de Piedra venció por puntos en Panamá a Carlos Mendoza e hizo su última pelea el 14 de julio de 2001, cuando perdió en las tarjetas ante Héctor El Macho Camacho en Denver, a los 50 años y luego de combatir a lo largo de cinco décadas.
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De héroe a villano ante Sugar Ray Leonard, murió 30 segundos en un hospital
Para sorpresa de todos, el 20 de junio de 1980 derrotó a Sugar Ray Leonard por el campeonato mundial de los welter en un Madison Square Garden cubierto de banderas panameñas, por lo que a su regreso a Panamá fue recibido como héroe. Ah, pero en aquella revancha del “No más” y volvió de Nueva Orleans, no lo esperó nadie.
Luego perdió también ante Marvin Hagler el 10 de noviembre de 1983 y con Tommy Hearns el 15 de junio del 84, pero lo que finalmente lo dejó fuera de contienda fue un trágico accidente con su hijo Chavo el 4 de octubre de 2001, en el que “morí en una mesa de operaciones en un hospital de Buenos Aires. Estuve muerto durante 30 segundos o, al menos, eso es lo que me han contado”, dijo una las más grandes leyendas de todos los tiempos, el que inventó aquello de que “Viejo es el viento y sigue soplando”.
EG