Julio César Chávez enfrentó y venció su más dura pelea contra las drogas hace más de 10 años, tras un infierno de adicciones que lo llevó a saber lo que realmente era la soledad y que comenzó cuando venció al Macho Camacho en Las Vegas, luego de haberlo ganado todo en el boxeo y que finalmente confiesa cómo ocurrió.
En lucha constante contra las adicciones ya no de él, sino de sus hijos, Julio César Chávez tuvo que pasar hasta lo inimaginable en distintas clínicas de rehabilitación a las que se lo llevaban incluso con engaños y hasta sedado, dormido, para finalmente ganar la que sin duda fue su pelea más dura contra unas drogas que llegaron a su vida tras la pelea ante Macho Camacho y no gracias a los principales capos del narco, a quienes conoció después, sino por dizque amigos.
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Lleno de problemas y demandas, recurrió a las drogas como un escape
“Se me hizo fácil. Ya me la habían ofrecido, pero yo tenía mi meta bien puesta. Dije ‘presta’, para probarla. Así es como se engancha uno, aunque no me gustó. Pero andaba desvelado, me cayó bien y dije de aquí soy y ahí fue”, reveló Julio César Chávez en el programa La Saga, con Adela Micha, respecto a cómo fue su inicio en las drogas.
“Es un proceso que va en aumento y ya no pude parar. Me atrapó y después se convirtió en un infierno: perdí mi primera pelea, mi señora me demandó porque la golpeaba y era drogadicto, me demandó Hacienda por 100 mil dólares que nunca recibí, me demandó Don King… Se me vino el mundo encima”, añadió.
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Tras su pelea contra Macho Camacho, así inició la adicción de Julio César Chávez
Indicó que tras su victoria ante Macho Camacho fue cuando comenzó lo que catalogó como su “infierno”, pues fue cuando probó por primera vez la cocaína luego de salir con el brazo en alto en la pelea mediática en la historia del boxeo mexicano, una locura que paralizó a todo México y con él incluso sin poder caminar.
“Ya tenía mis millones en el banco, tenía mi avión privado, tenía mis yates, mi casa en el mar, en Acapulco, en Puerto Vallarta, agarraba mi avión y me iba para donde me llevara mi chin… gana, pregúntale a la Yolanda (Andrade). En Las Vegas dije: ‘No quiero esa madre’. Llegué a Culiacán, no me dejaban dormir y dije ‘presta para acá’ y de ahí me cayó bien y ya… Me sentí tan solo y tan vacío que no se lo deseo a nadie y agarré la cosa más pend… y estúpida. Me refugié en eso”, confesó.
EG