Chris Eukbank Jr. le provocó una hemorragia cerebral a este boxeador en una pelea por el título británico de peso mediano, luego de la cual tuvo que ser sometido a un coma inducido que le cambió totalmente su vida, pues tuvo que resucitar no una, sino dos veces para en cada una tener que aprender nuevamente a caminar, hablar y hasta comer.
Luego de aquella fatídica pelea, este boxeador se desmayó sobre el ring y tuvo que ser sacado en camilla al sufrir una hemorragia cerebral que orilló a los doctores a someterlo a coma inducido para intentar bajar la inflamación. Robert Smith, secretario del British Boxing Board, informó que tenía sangre en el cerebro y había sido puesto bajo cuidados intensivos, mientras que Chris Eukbank Jr. le envió un mensaje deseándole una pronta recuperación.
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La pelea con la que pudo decir adiós a la vida
Este boxeador sigue actualmente recuperándose de las consecuencias del coma inducido que le causó la pelea ante Eubank Jr. aquel 26 de marzo de 2016, en la que perdió el título de peso medio nacional. La hemorragia cerebral lo dejó al borde de la muerte, viviendo momentos de auténtico pánico y tensión pues los golpes recibidos le provocaron daños en la nariz y en uno de sus ojos, además de una tremenda hinchazón en su frente.
A pesar de que fue trasladado de urgencia a un hospital, tuvo que ser sometido a coma inducido siete días para finalmente despertar y anunciar su retiro: “Las personas que me salvaron la vida fueron el réferi: El médico que me puso en coma y la gente del hospital. Morí en la ambulancia y me devolvieron la vida. Nunca volveré a practicar este deporte porque tuve esa lesión y ahora hay mayor riesgo de que pueda recaer a ese estado”, dijo, pero no cumplió.
Una vez retirado, fue noqueado y resucitó otra vez
Nacido el 27 de octubre de 1990, el boxeador británico Nick Blackwell colgó los guantes a los 26 años, aunque no se retiró del boxeo pues varios meses después sacó la licencia de entrenador. Gran error que por poco le cuesta la vida pues un mes después volvió al ring para una sesión de entrenamiento junto a Hasan Karkardi, algo que tenía prohibido ya que los médicos le habían dicho que no se volviese a subir a un cuadrilátero.
Y tuvieron razón pues se volvió a quedar en coma inducido, para esta vez tardar un mes en reaccionar y mucho más en recuperarse, ya que incluso tuvieron que retirarle parte de su cráneo para reducir la inflamación de su cerebro. Tras despertar “pensé que estaba soñando. Tuve que aprender a caminar, hablar y comer de nuevo. Me dijeron que tuve 75 por ciento de posibilidades de morir y, si sobrevivía, 85 de probabilidades de quedar paralizado de mi lado izquierdo”. Ahora se dedica a otros proyectos.
EG