Los libros de historia del boxeo mexicano están llenos de historias de tragedia prácticamente con el mismo guion: deportistas que llegan a la cima del éxito y luego lo pierden todo para terminar en la miseria, así que esta vez hablaremos de un campeón mundial que era mejor que Julio César Chávez, pero que acabó en un duro accidente.
El personaje en cuestión es Salvador Sánchez, considerado uno de los mejores boxeadores en la historia de México que, de acuerdo con datos de Boxrec, se retiró con un récord de 44 victorias (32 por KO), una derrota y un empate.
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Originario del Estado de México, Salvador Sánchez era hijo de campesinos que primero se dedicó a la lucha libre, aunque llegó al boxeo gracias a Agustín Palacios y Cristóbal Rosas, debutó en 1975 y puede presumir de haber defendido su título de peso pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en 10 ocasiones.
El boxeador mexicano era considerado una de las grandes promesas del país por las exhibiciones que dio ante peleadores como Wilfredo Gómez, sin embargo, perdió la vida muy joven y el país se quedó con las ganas de verlo por más tiempo.
¿Cómo murió Salvador Sánchez?
A pesar de haber deslumbrado al planeta con su durísima pegada, Salvador Sánchez falleció en un accidente automovilístico el 12 de agosto de 1982, cuando tenía apenas 23 años de edad: resulta que era amante de la velocidad y por la noche se encontró con un vehículo que transportaba material pesado.
De todas formas, el mexicano fue incluido en el Salón Internacional de la Fama del Boxeo en 1991 y, por si no fuera suficiente, en 1999 The Associated Press lo nombró el tercer mejor peso pluma del siglo XX, puede que en buena parte se deba a que registró 18 victorias por KO en sus primeras 18 peleas que ocurrieron en solo dos años.
El único que pudo derrotar al temerario Salvador Sánchez fue su compatriota Antonio Becerra, después no volvió a caer y silenció a todos aquellos que incluso dudaron de que pudiera derrotar a Wilfredo Gómez en la que es considerada una de las mejores victorias de un boxeador mexicano sobre un puertorriqueño.