El adagio dice que la fe mueve montañas y Pedro Guevara es el ejemplo más reciente. El boxeador mexicano pasó de representar a Jesucristo en Semana Santa a consagrarse campeón mundial interino del CMB. Después de cumplir el deber con su religión al ser ‘crucificado’, pasó a entrenar de cara a su pelea contra Andrew Maloney, a quien destruyó en Australia para apropiarse del cinturón en la división supermosca.
Pedro Guevara contó en sus redes sociales como aceptó la invitación para representar a Jesucristo en Semana Santa y pocos días después recibió la propuesta de pelear por ser campeón mundial en Australia. El boxeador mexicano no rompió su juramento, fue crucificado en el Viernes Santo y después pasó a enfocarse en volver a coronarse monarca dentro de las 115 libras, para eso debió hacer un largo viaje hasta Australia.
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“Hace más de dos meses recibí la invitación de representar a nuestro Señor Jesuscristo en el pasado viacrucis. Inmediatamente sentí que era una bendición, una oportunidad de tener redención y acudir al llamado que me estaba haciendo Dios, la invitación de acercarme a él”
A una semana de haber dado la campanada tras derrotar a Andrew Maloney a domicilio, Pedro Guevara volvió a la iglesia donde personificó a Jesucristo y fue crucificado, esta vez regresó como campeón mundial supermosca. El mazatleco subió a sus redes sociales un par de fotos, en la primera se encuentra atado a la cruz, mientras en la otra presume el título del CMB junto con el padre de la comunidad.
“A los pocos días recibí la propuesta de pelear por el campeonato mundial. Sabía que tenía que cumplir con la manda antes de partir a concentración. Así lo hicimos”
Así fue la pelea de Pedro Guevara y Andrew Maloney
El boxeador mexicano se coronó por última vez en 2015, sin pensar aceptó la propuesta de viajar a Australia para enfrentar a Andrew Maloney en la cartelera estelarizada por Vasyl Lomachenko y George Kambosos. En cuestión de días pasó de ser crucificado como Jesucristo a entrenar de lleno en el campamento. Pedro Guevara llegó como la víctima para que el peleador local luciera, sin embargo, el sinaloense rompió los pronósticos.
Pedro Guevara viajó miles de kilómetros con el objetivo de ser campeón mundial y lo consiguió tras derrotar a Andrew Maloney por decisión dividida (113-116, 115-113, 115-113). El boxeador mexicano salió con el puño en alto tras una guerra de 12 rounds, de paso mandó al retiro a su rival. Ahora posee un título y regresó a la iglesia, donde hace casi dos meses fue crucificado en su papel de Jesucristo.