El boxeo mundial está de luto tras confirmarse la muerte de Ricky Hatton, excampeón mundial y una de las figuras más queridas del deporte en Reino Unido. El histórico púgil, apodado “The Hitman”, fue hallado sin vida en su casa de Hyde, Greater Manchester, a los 46 años.
La policía local informó que agentes acudieron a la vivienda tras el llamado de un ciudadano y encontraron el cuerpo en horas de la mañana del domingo. Las autoridades aclararon que la muerte no está siendo tratada como sospechosa, aunque no se ha revelado oficialmente la causa.
El ex boxeador, que fue campeón mundial en peso superligero y wélter, enfrentó en su carrera a leyendas como Floyd Mayweather Jr., Manny Pacquiao y Kostya Tszyu. Con un estilo agresivo y una personalidad cercana a la afición, se convirtió en uno de los boxeadores más populares de las últimas décadas.
Un campeón del pueblo
Nacido en Stockport, Inglaterra, en 1978, Ricky Hatton se forjó desde muy joven en los gimnasios de Manchester. Tras una carrera amateur breve pero contundente, debutó como profesional en 1997 y pronto comenzó a llenar arenas con su estilo frontal y carismático.
Su gran consagración llegó en junio de 2005, cuando derrotó al legendario Kostya Tszyu en Manchester para conquistar el título superligero de la FIB. Esa victoria, considerada su mayor logro, lo catapultó al estrellato mundial.
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Enfrentamientos con las máximas figuras
El británico alcanzó un récord invicto de 43 victorias antes de caer frente a Floyd Mayweather Jr. en 2007 en Las Vegas. Un año más tarde, en 2009, enfrentó a Manny Pacquiao en una de las peleas más recordadas de la época, donde fue derrotado en el segundo asalto.
Hatton se retiró en 2012 con una marca de 45 triunfos (32 por nocaut) y tres derrotas. A lo largo de su carrera también tuvo grandes victorias sobre José Luis Castillo y Paulie Malignaggi, consolidando su lugar en la élite del boxeo.
Popularidad y vínculo con los aficionados
Más allá de sus títulos, era conocido como “el campeón del pueblo”. Su humildad, su conexión con los fanáticos y su pasión por el Manchester City lo convirtieron en un ídolo cultural, no solo deportivo. Cada vez que peleaba en su ciudad, las arenas se llenaban con miles de seguidores vestidos de azul celeste, apoyando a su héroe local.
Problemas fuera del ring
Tras su retiro, Hatton habló abiertamente de sus batallas con la depresión, el alcohol y las drogas, convirtiéndose en una voz que buscaba visibilizar los problemas de salud mental en el deporte. Su regreso al ring en 2012, aunque terminó en derrota frente a Vyacheslav Senchenko, fue visto como un triunfo personal por todo lo que había superado para volver a pelear.
Carrera como entrenador y regreso frustrado
Lejos de los reflectores, Hatton encontró un nuevo camino en el boxeo como entrenador. En 2017 llevó a Zhanat Zhakiyanov a conquistar un título mundial de peso gallo, confirmando su talento también en la esquina. En 2022 disputó una exhibición contra Marco Antonio Barrera y en julio pasado había anunciado que regresaría al ring en diciembre para enfrentar al emiratí Eisa Al Dah en Dubái. Ese plan quedó truncado por su repentina muerte.
La noticia provocó una ola de homenajes. Amir Khan lo definió como “un amigo, un mentor, un guerrero”. Tyson Fury escribió: “Solo habrá un Ricky Hatton”, mientras que Chris Eubank Jr. y el exfutbolista Michael Owen también expresaron su dolor en redes sociales. El Manchester City, club de sus amores, confirmó que se le rendirá homenaje con un minuto de silencio en el derbi contra el United.
Legado imborrable
Ricky Hatton deja tres hijos (Millie, Fearne y Campbell), además de una nieta, Lyla. Su carrera, marcada por noches inolvidables y una legión de seguidores que lo acompañaban a cualquier parte del mundo, lo consagra como uno de los grandes íconos del boxeo británico y mundial.
