En Mazatlán, el detrás de escena del regreso de los aficionados a un estadio de futbol llevó dos meses de trabajo. Reuniones con el Gobierno del Estado, el Comité de Seguridad de Salud y el Ayuntamiento, en las que se discutieron riesgos, protocolos, planes de recuperación económica y criterios para la apertura de la casa del equipo, el Estadio Kraken.
El resultado final fue un documento de más de 50 hojas, con dinámicas de supervisión, vigilancia y reacción ante posibles casos de Covid-19. La postura del Gobierno marcó como prioridad la salud, pero también la economía: entender ambos factores como uno solo, para llevar a cabo los siguientes pasos. La aprobación del Gobierno Federal llegó en conjunto con el de la Liga MX, con un aforo restringido (no mayor al 50 por ciento) y sujeto a cambios a partir del semáforo epidemiológico.
Según el último reporte oficial de las autoridades de salud, Mazatlán es el segundo municipio de Sinaloa con más casos positivos por Covid-19 (3 mil 745), detrás de Culiacán (7 mil 895). Ambas plazas, sin embargo, definieron que el ingreso de sus aficionados a un partido de futbol debía darse en octubre: primero, con el Mazatlán FC (el sábado 16), y luego con los Dorados de Sinaloa, quince días después.
Para el Kraken, que por primera vez abrirá sus puertas desde su construcción, las autoridades decidieron que la venta de boletos se diera por internet, desde los 125 hasta los 400 pesos y con un límite del 30 por ciento de su capacidad (7 mil 500 de 25 mil en total). En cinco horas, se agotaron. Después, el criterio fue implementar las medidas básicas de prevención que se han mantenido desde el inicio de la pandemia: uso obligatorio de cubrebocas, un metro y medio de distancia, gel antibacterial y toma de temperatura.
“Hay que establecer que siempre será decisión de cada persona, de cada familia, asistir o no a un estadio, a un restaurante o algún espacio donde crean que hay un riesgo. Para nosotros, siempre lo mejor va a ser que se queden en casa. Pero estamos trabajando con el sector económico, para que los miles personas que tienen su sustento alrededor de este tipo de actividades, puedan sostener sus hogares”, dice Juan Francisco Vega, director de Protección Civil del Estado de Sinaloa, en entrevista con El Heraldo Deportes.
Como parte de la logística, el estadio se abrirá dos horas antes del partido entre Mazatlán FC y FC Juárez, programado para las 20:30 horas locales. Las autoridades calculan que los tiempos de entrada y salida serán mayores, que puede haber contratiempos, incluso casos de Covid-19. Pero aseguran que todo es decisión del público. Que no hay garantías de mantenerse a salvo, por más que el protocolo se lleve a cabo.
“No es una invitación por parte del gobierno que la gente vaya a los estadios. Eso toca a los clubes. Lo que estamos haciendo es construir un protocolo, vigilarlo y hacer todo lo posible para que no haya focos de contagio. Para nosotros, lo mejor siempre será que se queden en casa. Hemos contemplado la posibilidad de cambiar los criterios. Observamos que, al ser un espacio al aire libre, existe una posibilidad menor de riesgo. Pero no podemos garantizar que no existan contagios”, reconoce Vega, después de una de sus últimas reuniones con el Gobierno del Estado.
Así, el estadio construido con recursos públicos y con más de 600 millones de inversión en el Estado de Sinaloa, no garantiza la salud de los aficionados que asistan a ver al Mazatlán FC, pero sí la ejecución de un protocolo que intenta reactivar la economía de una de sus industrias más importantes: el futbol.
Por Alberto Aceves