La última vez que Christian Giménez jugó un partido oficial en el Estadio Azul, hoy casa del Atlante, fue el 28 de octubre de 2017. Lo hizo en el segundo tiempo, en lugar del chileno Enzo Roco, y con el marcador a favor de Tigres. Curiosamente el mismo de su regreso (1-2), casi tres años después: al frente del Cancún FC y con el Atlante como rival, en la Liga de Expansión MX.
Aunque el equipo de Chaco llegaba como uno de los mejores clasificados, el nivel de los Potros -sublíderes del torneo- fue superior. El lujo de Ronaldo González, con un pasé de taconcito en el área, dejó sólo frente a la portería a Édgar Alaffita para sólo empujar y meter la pelota en el 1-0 (17’). Los de Cancún, golpeados anímicamente y con varias bajas por Covid-19, intentaron reponerse, pero les vino el 2-0.
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Un tiro de esquina con tres remates de cabeza dejó mal ubicado al portero Guillermo Allison y permitió el contacto de Lizandro Echeverría hacia las redes (21’). La desventaja de dos goles modificó los planes del Cancún FC en el segundo tiempo: en actitud, en orden y efectividad frente al arco contrario.
Los cambios de Giménez le dieron profundidad a su equipo y descolocaron también al Atlante. En un error de defensivo de los locales, José Guadalupe Hernández acercó a la Ola (69’) y mantuvo las esperanzas del empate. Sin embargo, el tiempo después no le alcanzó. La derrota marcó el regreso de Chaco a la que fue su casa durante más de siete años. Ya no con Cruz Azul, pero sí con los colores celestes.
"Cuando llegué, me generó muchas cosas. Fueron muchos partidos. Hoy, verme del lado otro lado, como entrenador, me recuerda el paso del tiempo. Para mí, esta cancha (el Estadio Azul) es de las mejores del mundo. Me siento como en casa. Sigue ahí esa corazonada al entrar al estadio, por lo que he vivido. En esta faceta, cuando entras al vestidor, se te olvida todo. Pero siempre va a ser especial", reconoció al final del partido.
AAH