Todo se derrumbó para el Granada. Nada ni nadie pudo evitar su eliminación de la Copa del Rey, a pesar de ganar el partido por dos goles durante más de 80 minutos. Los locales cayeron por 3-5 en tiempos extra ante el Barcelona y abandonaron el torneo en los cuartos de final, aquejado por el nerviosismo y el pánico escénico en los minutos finales.
Messi deambuló durante todo el partido a contracorriente. Durante la mayor parte del juego, no se encontró con Antoine Griezmann y mucho menos con Francisco Trincao, las dos puntas de lanza de los blaugranas en el primer tiempo. Koeman mandó al campo a Ousmane Dembélé con el marcador en contra, pero no fue suficiente para el despertar de ‘La Pulga’.
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Kenedy abrió el marcador a la media hora del juego (33’) y Roberto Soldado acabó con las esperanzas del Barça en el inicio del complemento (47’). Dos impactos fortísimos para un equipo frágil y sin la misma intensidad que lo caracterizó durante años. El Granada, con un trabajo serio, se llevó la serie de punta a punta y exhibió las debilidades de su rival, pese a su grandeza.
El gol de Antoine Griezmann acercó a los visitantes, luego de varios embates en contra (88'). Y fue, de alguna manera, el inicio del derrumbe del Granada. Porque luego vino el segundo de Griezmann (100') y los tantos de Jordi Alba (90' y 113') y Frenkie De Jong (108'), con los que el Barça se llevó el triunfo en tiempos extra.
Fede Vico le puso suspenso a la prórroga con un empate parcial a tres goles (108'), pero el combustible del Granada se acabó ante la reacción feroz de su rival. En semifinales de la Copa del Rey, el Barcelona apaciguó por un momento la crisis interna que lo aquejó durante varias semanas.
En los meses futuros, deberá resolver el futuro de Messi, quien, golpe tras golpe, va proyectando su salida del club y un cambio de aires.
AH