Después de ser eliminados de la Champions League y perder el más reciente Clásico de España, el Barcelona volvió a sonreír con la obtención de la Copa del Rey, de la mano de Messi, elegido mejor jugador de la final, y por goleada 4-0 sobre el Athletic Club de Bilbao.
Por fin Ronald Kouman celebra un título en su etapa como técnico culé, con un gol de Antoine Griezmann, otro de Frenkie de Jong y doblete del astro argentino con el 10 en la espalda.
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Es el título número 31 de Copa del Rey para los blaugranas, que ahora jugaron de amarillo, frente a un Athletic que se quedó con 23 de estas copas, en la segunda final entre ambos de este curso en La Cartuja tras la Supercopa ganada por el Athletic (2-3 en la prórroga) el 17 de enero.
La final arrancó con un absoluto dominio de los culés por su facilidad para plantarse ante el área rival y con los rojiblancos muy incómodos e incapaces de forzar errores y robar balones para armar rápidos ataques a la contra. El Barcelona, mucho más incisivo desde el inicio con un futbol de toque, pero profundo, y con las ideas claras, merodeó con asiduidad cerca del marco rival.
Pese a su dominio, el equipo de Koeman no estuvo certero en el remate, como en un tiro a la base del poste derecho de Frenkie de Jong a los cinco minutos, tras una conexión con Messi, ni en un intento del '10' argentino en el ecuador de este periodo, después de varias combinaciones dentro del área, que detuvo sin apuros el portero.
El cuadro bilbaíno, en un lanzamiento de falta dio su primer y único aviso en la primera mitad, pero el remate con la punta de la bota de Íñigo Martínez salió fuera por poco. Los barcelonistas mantuvieron su dominio, si bien les faltó hallar el último pase o el remate oportuno para acrecentar su peligro ante el área del cuadro vasco, que se rehizo con trabajo, disciplina e intensidad.
En la reanudación, el guión no varió un ápice. El Barcelona continuó mandando y gozó de hasta tres ocasiones claras en los diez primeros minutos que no se convirtieron en gol por la actuación milagrosa del guardameta del Athletic.
Llegaron los goles del Barcelona
Aún así, el conjunto azulgrana, inmensamente superior, siguió apretando y al final abrió la 'lata' a la hora de juego con el 0-1 de Griezmann, que le cruzó con la zurda el balón a Simón en un centro medio desde la derecha de De Jong, lo que fue un mazazo para un Athletic que ya no se recuperó.
A los tres minutos, el neerlandés, incombustible en labores de contención y también en ataque por su potencia para llegar desde la segunda línea, marcó el segundo al cabecear en el área chica un centro de Jordi Alba y, cinco minutos después, combinó muy bien con Messi para que el argentino, de tiro cruzado, batiera de nuevo a Simón.
En pleno desconcierto del Athletic, y a pesar de que Marcelino intentó la reacción con un triple cambio al entrar Unai Núñez, Yuri Berchiche y Villalibre por Yeray, Unai López y Williams, éste muy desasistido en todo el choque, Messi firmó el 0-4 de un ajustado y certero disparo en una nueva asistencia de su 'socio' Alba, pese a que Simón llegó a tocar el balón.
Los azulgranas controlaron sin problemas el resto de una final en la que dominaron por completo a un Athletic disminuido, muy tocado y que encajó un quinto gol, obra de un activo Griezmann a cuatro de la conclusión, aunque fue anulado por fuera de juego tras intervenir el VAR y ello libró al cuadro vasco de llevarse una 'manita'.
Messi, elegido el MVP
Lionel Messi fue elegido el mejor jugador de la final de la Copa del Rey que ganó su equipo. El jugador azulgrana marcó dos de los cuatro goles de su equipo y se convirtió en el máximo anotador de las finales de Copa tras superar a Telmo Zarra y alcanzar las nueve dianas.
Messi sumó su séptima Copa del Rey en las filas del Barcelona y, como capitán, se encargó de levantar el trofeo justo después de ser elegido el mejor jugador de la final.
-Con información de EFE
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