Nacho Boza se enamoró del Santiago Bernabéu. No del viejo ni del nuevo, sino de su esencia, de su reconstrucción en pasos acelerados a la modernización, no sólo de La Casa Blanca del Real Madrid, sino de toda una ciudad que no tiene precedentes de una obra arquitectónica de tal magnitud. Por eso cada mañana, tarde y noche, la cámara de este hombre de 39 años capturó por un año la belleza de las vigas de soporte, grúas, plumas y refacciones gigantes que darán forma a una especie de platillo volador que aterrizará en la capital española a finales de 2022.
Pero el corazón se rompió al separarse del estadio que aún mantiene cielos abiertos y maquinaria pesada para trabajar lo que será el techo retractil. No pudo terminar la obra, pero su perfil de Instagram, donde compartía las imágenes del proceso (@nacho_bernabeu), llegó a lugares inimaginados por mostrar a detalle los avances de dicha obra. El centinela del estadio madrileño no dejaba de vigilar celosamente a un amor del que ahora está lejos.
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El centinela enamorado del Santiago Bernabéu
Nacho enciende su cámara y se encuentra con el reportero para hablar de su afición, su cariño al Real Madrid, a la arquitectura del estadio y las renovaciones que en cada imagen captaba para mostrarlo al mundo: desde México hasta Irak y por toda España.
Tengo dos sitios para tomar foto y video: desde mi casa y tengo la suerte que desde dónde trabajo se ve el Bernabéu, es decir trabajo muy cerca y cuando me despierto veo el amanecer con el Bernabéu y cuando voy al trabajo tengo otra vista, pero en el trabajo es mucho mejor porque es un edificio de veintitantas plantas", cuenta Nacho, desde Madrid, a El Heraldo Deportes refiriéndose a la Torre Europa, que está a 270 metros del estadio, rodeando la Plaza de Lima, una glorieta del Paseo de la Castellana que encierra a la estación de metro que comparte nombre con el inmueble.
Aficionado del Real Madrid —el único de una familia que es enteramente seguidora del Atlético— confiesa que sólo mira por televisión los partidos más importantes de los merengues. La suerte le recompensó la falta de empleo en su profesión: en 2008 se licenció de arquitecto, pero por falta de oportunidades se desempeña en el marketing digital. La vida le mandó el pase de gol para ser contratado en una empresa que pertenece a Álvaro Arbeloa, ex defensor del equipo blanco. Pero no sólo eso, sus oficinas dan a uno dan a uno de los vértices del inmueble que lo atrapó.
"Sigo en lo de marketing digital, pero de una manera encontré algo relacionado con arquitectura", dice Boza, agradecido. "Me ha llamado mucho la atención una estructura de casi 100 metros es como una viga qué se usa para soportar estructuras grandes. La forma en que las desplazaron fue verdaderamente impresionante. Hay otras cosas que no he podido ver como lo del césped retráctil, la cancha se podrá guardar y esa superficie se puede usar por ejemplo para un concierto o para una cancha de básquetbol. Lo tienen todo muy bien pensado".
El equipo para retratar al Bernabéu no es nada del otro mundo, pero le saca provecho: "El 90% de las veces es con un iPhone y cuando llego al trabajo pongo la cámara contra el cristal y lo dejo ahí haciendo un timelapse. Tengo una cámara que llevo nada más cuando quiero ver cosas muy especiales. Puedo ver hasta la cara de los trabajadores. Al estadio solamente he podido entrar unas cuatro veces en este tiempo. Solo entró cuando veo que hay algo especial".
La idea nunca fue documentar el proceso de la obra. Una foto suya gustó en redes sociales. Tomó más y más, hasta que seguidores de todo el mundo le pedían casi diario muestra de los trabajos en el estadio, en qué iban, qué estaban haciendo, cómo era. "Abrí una cuenta exclusiva para subir todas mis fotos y videos y eso fue escalando. Hubo una nevada en Madrid como nunca antes había visto y tome una foto del Bernabéu con nieve. El Real Madrid uso mi foto", cuenta orgulloso.
No me cuesta nada en realidad, no gano nada más con esto. El 80% de los que me escriben son personas fuera de España. Es gente de países árabes o de Latinoamérica que está muy interesada en saber cómo van las obras y yo encantado de mostrar lo que pueda", cuenta Nacho, uno de los tantos fans que se plantan en las afuera del estadio para grabar, tomar fotos y subirlo a sus redes sociales, pero la posición del arquitecto y centinela es privilegiada.
UNA NAVE ESPACIAL EN MADRID
Madrid es una ciudad con arquitectura clásica, sobre todo en el centro. El Santiago Bernabéu está a tres estaciones de metro de la parte central de la capital española, por lo que su culminación será un contraste con el resto de una ciudad llena de museos.
El tamaño de la obra es algo que no se haya visto aquí", revela. "Era algo que le faltaba a la ciudad porque, así como en Barcelona está la Sagrada Familia, será un poco similar para la ciudad tener al Nuevo Santiago Bernabéu".
Las personas que le escriben por Instagram le piden empleo para trabajar en la obra del estadio, o le preguntan aspectos como de qué color serán las butacas finales, a lo que Nacho responde diciendo que él no trabaja en el club, aunque por su pasión pareciera ser uno más de la institución que gozará de uno de los estadios más modernos del mundo cuando finalice su remodelación.
Será una nave espacial en medio de Madrid", remata.
UN ADIÓS CON EL 'CORAZÓN PARTÍO'
El 28 de diciembre de 2021, Nacho Boza deseó felices fiestas decembrinas y publicó la última serie de fotografías y videos en la cuenta de Instagram que quedó con poco más de 30 mil 500 seguidores. Por la pasión del arquitecto madrileño, y en retribución a la experiencia que significó documentar los avances de la remodelación del estadio, puso a disposición todo el material en una carpet para quienes quieran descargar alguna toma del inmueble.
¡Ahora sí que sí! Con esta tanda de fotos me despido de torre Europa. Por cierto, por fin parece que están quitando los soportes provisionales de la cubierta del fondo sur, a lo tonto llevan 1 año ahí!", escribió en aquella publicación, la última, la del adiós.
Antes de saber que se iba y que dejaría de ver a su Santiago Bernabéu como lo hizo durante más de un año, Nacho confesó: "No voy a estar tomando fotos todo el tiempo del estadio, al final también se que me voy por cuestiones laborales de este edificio. No sé qué vaya a pasar, pero esto lo hago por gusto, no gano ni un euro, es algo que me gusta y me entretiene".
El adiós fue inevitable. En el archivo quedará aquella relación fugaz pero entrañable entre aquel proceso de construcción y Nacho Boza, el centinela enamorado del Santiago Bernabéu.
-Por Francisco Domínguez