Martes 17 de Septiembre 2024
SELECCIÓN MEXICANA

Los pecados del Tata Martino que lo convirtieron en el enemigo #1 de México

El técnico de la Selección Mexicana, el argentino Tata Martino, dice sentirse el enemigo público #1 de México. Estos son sus pecados ante la afición

Tata Martino.Es víctima, pero de sus propios pecados al frente de la Selección MexicanaCréditos: Especial
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Tras los abucheos y críticas recibidas en el Mercedes Benz Stadium de Atlanta, Georgia, tras la derrota 0-1 ante Paraguay, Tata Martino se hizo la víctima y afirmó sentirse el enemigo público #1 de México. Aquí te traemos los pecados del técnico argentino para ser odiado por la afición.

Afirmó que su gran preocupación es qué incidencia tendrá el descontento de la afición mexicana en su grupo de jugadores, quienes cada vez tienen que defender al entrenador y eso no es bueno porque si de por sí es difícil ser futbolistas de la Selección Mexicana, ahora tienen que salir a defender a su técnico: “¡No puede ser!”.

“¡Fuera, Tata! ¡Fuera, Tata!”, fue el grito que se escuchó tras la derrota de la Selección Mexicana en tierras estadunidenses, donde el entrenador comentó que no ha pensado jamás en renunciar, desmintiendo así al programa La Última Palabra, de Fox Sports, en el que se aseguró que el técnico argentino había puesto su renuncia tras la salida de Gerardo Torrado como director general.

Enemigo #1 de México: los pecados del Tata Martino

Con contrato hasta el final de su participación de México en Qatar 2022, Tata Martino afirmó que tras el 0-1 ante Paraguay pareciera que como si se estuviera burlando de la gente y de la situación, pero que no es así, que no era el enemigo ni le pasa por su cabeza.

Pero sus pecados son más e imperdonables, como las derrotas contra Estados Unidos en el octagonal rumbo a Qatar 2022 así como en la Copa Oro de la Concacaf, su pelea con El Chicharito y permitir las “vacas sagradas” en el Tri, no vencer a equipos de Conmebol y ni siquiera hacer visorías en los equipos de la Liga MX (manda a su equipo de trabajo).

Lo peor, no obstante y más allá de la calidad de sus jugadores, es jamás haber podido darle identidad a México con un estilo propio ni armar un esquema de juego tanto ofensivo como defensivo que pudiera garantizarle resultados a nivel grupal, sin depender de figuras individuales.

También, jamás formó una base de jugadores y de auténtico sacrificio con quienes hubiera podido trabajar desde el inicio de su gestión y con los cuales, a estas alturas, ya tendría un equipazo con jóvenes que salgan a morirse en la cancha y no solo a mostrarse, buscar su internacionalización o irse de shopping.

EG