En una de las quizá máximas tragedias que ha vivido la Selección Mexicana, este futbolista que estaba destinado a ser la máxima estrella del Tri en el Mundial de México 70 sufrió una desgracia, cuando a sus 23 años sufrió una fractura de tibia y peroné que no solo acabó con su carrera futbolística, sino también con las esperanzas mexicanas en su propia Copa del Mundo.
La desgracia llegó a la Selección Mexicana solo cuatro días antes de que comenzara el Mundial de México 70, cuando este futbolista que no solo era el mejor jugador de las Chivas Rayadas del Guadalajara, sino en torno al que se había armado el equipo, sufrió esa terrible fractura que además de impedir que el Tri llegara más lejos, acabó con su carrera pues jamás volvió a ser el mismo.
Te podría interesar
Las esperanzas del Tri se alejaron en ambulancia
Se trataba de un futbolista tan fabuloso y llamativo que, incluso, Juan Villoro lo definió como un extraordinario centrocampista que tuvo la inteligencia de Cuauhtémoc Blanco y el elegante golpeo de balón de Benjamin Galindo, pero que para desgracia de la Selección Mexicana en el Mundial de México 70 sufrió esta terrible fractura que acabó con su carrera.
Tras el incidente, una ambulancia con escolta llevó al herido del Centro de Capacitación, a un costado del estadio Azteca, al hospital. En el quirófano quisieron ponerle una bata, pero él pidió que lo operaran así, como estaba, con el uniforme de la Selección Mexicana. Horas más tarde los periodistas informaron lo que lamentablemente se esperaba: “México se queda sin su número 10”.
La tragedia que acabó con la carrera de esta figura del Tri
“Era tarde, y comenzó a llover y las esperanzas del equipo se cayeron”, recuerda Ignacio Basaguren respecto al día en que Alberto Onofre se fracturó a sus apenas 23 años, impidiendo su gran consagración después de brillar con el Guadalajara: “La verdad es que las Chivas tenían un equipito muy malo, pero salieron campeones gracias a Onofre”, afirmó.
Fue en un entrenamiento recreativo cuando se presentó la desgracia: Alberto Onofre tomó el balón en media cancha e hizo un recorte, pero la pelota le quedó algo larga. Al momento de estirar la pierna para meterse por dentro, fue cuando Manuel Alejándrez se resbaló al ir por la pelota. “Desde donde yo estaba oí como si se rompiera un palo de escoba, era Alberto, chocó con Alejándrez y todo cambió”, comentó Ignacio Calderón, portero del Tri, y tuvo razón, pues aunque este futbolista regresó a las canchas un año después, nuca fue el mismo, nunca se recuperó, para en 1974 anunciar su retiro.