Guanajuatense de nacimiento, pero tapatío de corazón, su manera de ser y sus extrovertidas actuaciones dentro y fuera de la cancha lo convirtieron en el último ídolo de Chivas, al nunca pasar desapercibido por su imagen, sus festejos, peinados, su indumentaria o sus goles, que le costaron recibir un cabezazo de Martín Palermo y ser escupido por Jorge Benítez, delantero y técnico del Boca Juniors, respectivamente, en la Copa Libertadores.
Sus dorsales 100 y 58 llamaban la atención, así como sus cortes de cabello rojo, rubio y a la mohicana, además de que regalaba a la grada un zapato cada que anotaba gol, lo que lo llevaron a convertirse en el último ídolo de Chivas que fue escupido en la Libertadores aunque, no obstante, debutó con el acérrimo rival Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara en 1998, luego de haberle llenado el ojo a Víctor Manuel Vucetich, quien lo descubrió en una Tercera División.
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Genio y figura, hasta la sepultura
El último ídolo de Chivas que fue escupido en la Libertadores salió de los Tecolotes por una supuesta riña con Andoni Hernández, compañero de vestuario, para ser traspasado al Morelia en 2002 y al Pachuca en 2003, aunque todo estaba destinado para que llegara al Rebaño Sagrado en 2004. Jorge Vergara siempre fue apegado a sus ideales y convicciones: Crear un vestidor con los mejores jugadores de México y convertirse en el “9” que todos querían tener.
En 2005 las Chivas se metieron a la Copa Libertadores, en la que en cuartos de final se vieron las caras ante el Boca Juniors. El resultado fue 4-0 a favor del Rebaño con un derechazo de media vuelta de este jugador en el Estadio Jalisco. Luego sucedió el calvario en La Bombonera de Buenos Aires, donde Martín Palermo le propinó un cabezazo y Jorge Benítez, director técnico del Boca Juniors, le escupió en el rostro, para finalmente salir escoltado por la policía pues incluso dos espontáneos saltaron a la cancha para agredirlo.
Terminó en la Segunda División y en la MLS
En la Libertadores de 2010, luego de disputar la Copa del Mundo de Sudáfrica, Bofo Bautista llevó a las Chivas a la final ante el Internacional de Porto Alegre. En la ida cayeron 2-1, para en la vuelta en Brasil sorprender a todos al romper la formación en la ceremonia de los himnos a modo de protesta, pues el mexicano fue interrumpido abruptamente para dar paso al brasileño. Nuevamente fue abucheado por la afición.
Con Chivas anotó 49 veces en 210 partidos, pero el parteaguas del Bofo Bautista no fue numérico, sino cuando se necesitaba demostrar el futbol que tenía en sus pies. Tras 19 años de carrera, colgó los botines en 2015 tras deambular en Segunda División y probar suerte en la MLS.