“Es donde empezó todo”, recuerda Luis Romo, mediocampista que vive su tercera etapa con Cruz Azul, al que ya le dio un título de Liga MX y ahora vuelve en busca de la décima estrella, en referencia a Sinaloa, donde fue descubierto por el papá del Chuletita Orozco, sin el cual jamás hubiera podido hacer su sueño realidad al hacer historia con La Máquina.
En entrevista para Mediotiempo.com, Luis Romo recuerda cómo fueron sus dos primeras etapas hasta convertirse en goleador de Cruz Azul, pero sobre todo la forma en que fue descubierto por el papá del Chuletita Orozco, quien fue el que le dio la oportunidad de llegar al equipo de La Noria.
Te podría interesar
Luis Romo, jugador clave en el título del 2021 de Cruz Azul
Luego de estar durante algún tiempo con los Gallos Blancos del Querétaro, en 2020 fue cuando Luis Romo volvió a Cruz Azul tras ser descubierto por el papá del Chuletita Orozco para convertirse en jugador clave en el título del Clausura 2021, en el que Juan Reynoso lo ayudó como director técnico a consolidarse como parte del plantel que rompió la sequía de campeonatos.
“Fue como una revancha. Tenía siempre la ilusión de volver porque salí y siempre quise volver al lugar donde empezó todo. Siempre quise venir, tuve opciones de otros equipos, pero siempre quise venir acá”, indicó el ahora también seleccionado nacional y ganador del bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.
Así llegó Luis Romo por primera vez a Cruz Azul
Y tiene razón, pues si algo jamás olvidará el nuevo refuerzo de Cruz Azul fue cómo el papá del Chuletita, Luis Orozco, lo descubrió en un equipo amateur de Los Mochis, Sinaloa, al que llegó para realizar visorías para La Máquina y en donde detectó su talento, cuando no tenía ni 15 años: “Quedé, vine acá, estuve un mes a prueba y empecé con la Séptima u Octava División. Hice un torneo sub15, Copa Nike y salí a Querétaro”.
Y culminó diciendo: “En Los Mochis entrenaba con un equipo, pero la visoría que me hicieron era con el papá del Chuleta Orozco, que estaba acá (en Cruz Azul) en su momento y las organizó con un profe que estaba en Cuarta División, el profe Villa. Entre los dos me visorearon y me trajeron para acá. Es complicado (vivir en Ciudad de México) porque es una vida totalmente diferente, vas a otra velocidad, vas a otro ritmo. Complicado, pero lindo”, expresó.