Originario de Texcoco e inspirado por Santiago Giménez, este futbolista que es el nuevo y flamante refuerzo de Rayados de Monterrey para el Apertura 2024 tuvo que madurar forzosamente a los 19 años, luego de que metieron a prisión a su padre y tuvo que hacerse profesional para sacarse adelante no solo a sí mismo, sino también a toda su familia.
Acostumbrado a remar contracorriente desde que su padre cayó en prisión, este futbolista no es un delantero ni un joven habitual, sino un 9 que ha carecido del gol en los últimos torneos, pero que tuvo que adaptarse a una situación familiar que le cambió la vida y le hizo madurar apenas a los 19 años, para luego convertirse en profesional, debutar en la Liga MX y convertirse ahora en el tercer refuerzo de Rayados de Monterrey.
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Fue campeón goleador con los Tuzos del Pachuca
Forzado a convertirse en profesional desde sus 19 años para mantenerse a sí mismo y a su familia, este delantero de Rayados de Monterrey y cuyo padre cayó en prisión busca el éxito como futbolista luego de hacer su debut con los Tuzos del Pachuca, con los que disputó 162 encuentros, anotó 22 tantos y hasta jugó el Mundial de Clubes en el 2017 ante el Al-Jazira.
Nacido en Texcoco un 4 de enero del 2000, fue campeón goleador con los Tuzos en categorías inferiores y brilló también con selecciones juveniles, para integrarse ahora a Rayados del Monterrey, donde con los títulos del Apertura 2023 y la Concachampions 2024 bajo el brazo les peleará el puesto a Germán Berterame, Rodrigo Aguirre y Brandon Vázquez.
Tuvo que hacerse cargo de su familia desde los 19 años
Bajo el lema “Los goles son los que me hacen más fuerte”, Roberto de la Rosa es el futbolista que tuvo que madurar prematuramente a los 19 años, cuando tuvo que hacerse cargo de su familia luego de que su padre, quien desde los cuatro años lo formó como futbolista en la tierra y junto a sus primos en Tezoyuca, Estado de México, cayó en prisión: “Mi papá hacía sus equipos de todos los sobrinos; o sea, mis primos y primas, era mixto, y yo desde los cuatro años me metía a jugar... También, conforme iba creciendo, me tocó jugar en la calle con todos mis primos, cuando salíamos de la escuela”.
Santiago Giménez es su máxima inspiración, pues lo que hace con el Feyenoord lo hace soñar como un futbolista que una vez enfrentó al excruzazulino en las categorías menores, pues ahora a sus 24 años Roberto de la Rosa asegura que “lo ves (al Bebote) y nos inspira a los que lo enfrentábamos de chiquitos a decir que ‘sí se puede’ y que no hay imposibles”.