El Stamford Bridge fue escenario de una noche vibrante donde el Chelsea impuso autoridad desde el primer minuto. El equipo de Londres asfixió al FC Barcelona con una presión alta, recuperaciones rápidas y llegadas constantes al área, marcando el ritmo del duelo desde el inicio.
El conjunto blaugrana, superado en intensidad y precisión, no logró asentarse nunca. Tras dos goles anulados por fuera de juego, los locales encontraron el merecido 1-0 con un infortunio de Jules Koundé, que marcó en propia puerta después de un córner. Para colmo, antes del descanso, el Barça quedó con diez por la expulsión de Ronald Araújo en una infracción sobre Marc Cucurella.
La segunda parte fue una demostración de contundencia del conjunto azul. Con espacios y superioridad numérica, los locales liquidaron el encuentro con dos estocadas: primero, un golazo individual de Estêvão Willian con asistencia de Reece James; y luego, el 3-0 firmado por Liam Delap tras una habilitación perfecta de Enzo Fernández.
Dominio absoluto del Chelsea desde el inicio
El equipo blue controló cada tramo del partido: sofocó la salida del Barcelona, creó peligro constante y obligó a Joan García a intervenir desde temprano. La intensidad ofensiva generó dos goles anulados por posiciones adelantadas antes del 1-0 definitivo, reflejo de la superioridad táctica y física del local. Además, la expulsión de Araújo terminó de desarmar cualquier intento de reacción culé, dejando al equipo catalán sin respuestas ante un rival lanzado.
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Un Barça sin margen de maniobra y un Chelsea que huele sangre
Con diez jugadores y sin capacidad de sostener la pelota, los de Hansi Flick quedaron expuestos a la velocidad y potencia de los dirigidos por Enzo Maresca. Estêvão Willian brilló con un tanto de alta calidad, mientras que Delap selló la goleada en una jugada que mostró la sincronía ofensiva de los blues.
El resultado no solo refleja el trámite, sino que reaviva una rivalidad histórica que volvió a teñirse de azul en una noche europea para el recuerdo.
