La imagen quedó grabada para siempre: la final del Mundial de Alemania 2006, Francia e Italia igualados 1-1 en un partido lleno de tensión, y Zinedine Zidane caminando hacia los vestuarios tras ser expulsado en su último acto como futbolista profesional. A diez minutos del final del tiempo extra, cuando el partido pedía cabeza fría, el crack francés perdió el control y golpeó con un cabezazo en el pecho a Marco Materazzi. Ese impulso le costó la roja directa y lo dejó fuera de la tanda de penales, donde la “Azzurra” terminó imponiéndose 5-3 para coronarse campeona del mundo.
La expulsión opacó lo que había sido una final vibrante. El mediocampista francés, líder absoluto del equipo de Raymond Domenech, había abierto el marcador con un penal de cuchara frente a su excompañero Gianluigi Buffon. Materazzi, en un duelo personal que se fue calentando con el correr del juego, marcó luego el empate. Ambos habían sido protagonistas del 1-1 que llevó la final al alargue, y ambos quedaron ligados para siempre por un episodio que trascendió lo deportivo.
El árbitro argentino Horacio Elizondo no vio el golpe en vivo, pero tras ser advertido por el cuarto juez, el español Luis Medina Cantalejo, le mostró la roja a la leyenda francesa. Con 34 años y ya con el anuncio de su retiro, "Zizou" cerró así su carrera en la élite: no levantó la Copa y dejó la imagen más polémica de su trayectoria. Recién 16 años después, el propio futbolista confesó el motivo de su reacción.
¿Qué provocó el cabezazo de Zidane a Materazzi?
Durante años hubo especulaciones sobre lo ocurrido, pero Zidane habló finalmente con L'Équipe y lo explicó:
"Se ha dicho mucho que Materazzi insultó a mi madre, pero en realidad él insultó a mi hermana, que estaba con mi madre en ese momento… Algunos insultos son usuales dentro del campo de juego, no lo niego, pero no toleré esa provocación".
"Ese día mi madre estaba muy cansada… había tenido un mal día… Fue sólo un segundo, pero tengo que aceptarlo como un error y no estoy orgulloso de ello. Pero es parte de mi trayectoria, de la historia de mi vida".
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La versión de Marco Materazzi
El defensor italiano también contó su versión en entrevistas posteriores. Aclaró que jamás insultaría a la madre de nadie, especialmente porque perdió a la suya cuando era adolescente:
"Hablé de su hermana, pero no de su madre… Mi madre murió cuando yo tenía 15 años, por lo que nunca habría caído tan bajo".
Materazzi reconoció que provocó al francés, aunque para él fue algo habitual en un partido de ese nivel: "Le dije unas palabras estúpidas que no justifican tamaña reacción… En cualquier campo se escuchan cosas peores. Lo que pasó fue que él me ofreció su camiseta y yo le dije que prefería a su hermana".
El recuerdo de un campeón que no pudo despedirse como quería
La final representaba el cierre ideal de una carrera extraordinaria: campeón del mundo en 1998, héroe nacional en Francia y figura histórica de clubes como Juventus y Real Madrid. Zidane había llevado a su selección nuevamente al partido decisivo y había sido clave durante el torneo.
En una entrevista con “Telefoot”, el francés reflexionó sobre ese día: "No estoy nada orgulloso de lo que hice… pero es parte de mi camino". También recordó su famoso penal y los momentos más felices: la gloria del ’98, el golazo en la final de Champions 2002 y su posterior éxito como entrenador del cuadro merengue.
Un legado intocable pese a la mancha
El cabezazo fue un error, sí, pero no borró la carrera de un futbolista que marcó una época. El oriundo de Marsella dejó una huella con talento, elegancia y títulos, tanto dentro como fuera de la cancha. Italia levantó la Copa del Mundo aquella noche, pero la historia guardó otra postal imborrable: el adiós más polémico que recuerde una final de Mundial.
