Alexis Vega volvió a ser decisivo cuando el contexto parecía adverso y el margen de error era mínimo. Tras semanas marcadas por la lesión, el delantero reapareció en la Final del Apertura 2025 y terminó siendo una de las figuras del título número 12 del Toluca, nada menos que frente a Tigres, un rival cargado de cuentas pendientes en su carrera.
El atacante ingresó en el tramo final de un partido tenso, con el marcador global igualado y la presión al límite. Su presencia no solo aportó jerarquía futbolística, sino también liderazgo emocional en un equipo que necesitaba temple para resolver el campeonato desde los doce pasos.
Más allá del festejo escarlata, la noche tuvo un componente especial para el atacante: la memoria de su pasado en Guadalajara. El título fue celebrado como revancha personal, pero también como un gesto de reconocimiento hacia Chivas y su gente, a quienes volvió a mencionar con respeto y nostalgia, dejando en claro que su historia con el “Rebaño Sagrado” sigue presente.
Revancha, sacrificio y un homenaje a Chivas
Tras el partido, el delantero explicó el sacrificio que implicó su recuperación y la carga emocional del momento. “Tengo que festejar más que los del torneo pasado. No sé si me ve, pero quiero seis días. A ver qué tal me da”.
La victoria también tuvo un destinatario claro: Chivas. Vega no esquivó el recuerdo de la final perdida en el Clausura 2023 y dejó en claro que este logro también honra su paso por Guadalajara.
“Muy contento de poder dar esta revancha aquí en mi casa, Tigres me debía una me la quitó con mis Chivas, no la pude levantar allá en el Akron pero eso también va para los Chivahermanos que estuvieron conmigo en todo momento”.
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De esta manera, el título con Toluca se transformó no solo en una consagración deportiva, sino también en un gesto de respeto y gratitud hacia el club que marcó una etapa clave de su carrera.
El regreso más esperado y el penal que definió todo
Alexis Vega no jugaba desde la Jornada 15 debido a una rotura fibrilar que lo marginó de las fases previas del torneo. Su aparición en la Final respondió a una necesidad extrema y a una apuesta fuerte del entrenador Antonio Mohamed, que decidió enviarlo a la cancha cuando el partido lo pedía.
Ya en el campo, el simbolismo fue inmediato: Marcel Ruiz se acercó para devolverle el gafete de capitán, reconociendo su rol natural dentro del plantel. En la tanda de penales, Vega asumió la responsabilidad sin dudar: convirtió el primer disparo y luego ejecutó con precisión el tiro decisivo que selló el campeonato y el bicampeonato para Toluca.
