El regreso de Neymar Jr. al Santos, que prometía ser un capítulo emotivo en su carrera, volvió a verse empañado por las lesiones. El brasileño dejó una imagen desgarradora en el estadio Vila Belmiro, al retirarse llorando en camilla apenas a los 32 minutos del encuentro contra Atlético Mineiro, correspondiente a la Fecha 4 del Brasileirao.
En una noche que debía ser especial, al cumplirse 100 partidos en su estadio histórico, el ex futbolista del FC Barcelona volvió a sentir el peso de la frustración. Cayó al césped con visibles gestos de dolor y no pudo contener las lágrimas ante lo que parece ser otro duro golpe físico en una carrera marcada, cada vez más, por las lesiones.
El delantero, de 33 años, mostró claras señales de impotencia y preocupación, en un contexto donde su club también atraviesa un momento crítico en el torneo local, peleando en la zona baja de la tabla. Su estado físico sigue siendo una incógnita, apenas meses después de su regreso desde Arabia Saudita.
“Lo que más amo en la vida es jugar al fútbol. Sufro cada día en el que no lo puedo hacer, es lo más me duele", dijo entre lágrimas el brasilero para Agencia NR Sports.
Preocupación por su futuro inmediato
“Ney” sufrió una lesión en la parte posterior del muslo izquierdo, apenas en su segundo partido oficial desde que volvió a las canchas tras su última recuperación. Anteriormente, venía de un edema en la pierna derecha que lo alejó nuevamente de la actividad, poco después de haber sido visto en el Carnaval de Río.
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La escena fue desoladora: el atacante, que disputaba apenas su noveno partido tras volver al Santos, se retiró en camilla mientras el estadio entero contenía la respiración. A su edad, y tras varios contratiempos físicos, crecen las dudas sobre cuánto más podrá sostener su nivel competitivo.
Un regreso cargado de simbolismo que no encuentra paz
La vuelta de Neymar al Santos en enero de este año fue pensada como un acto simbólico, un intento de cerrar su ciclo en el club donde se hizo leyenda. Tras su salida del Al Hilal, donde sufrió una grave lesión de rodilla, el “Peixe” esperaba un jugador líder, capaz de inspirar a un equipo en reconstrucción.
Sin embargo, su estado físico no ha permitido cumplir esas expectativas. A nivel colectivo, el equipo también vive un momento complicado: su inicio de temporada en el Brasileirão ha sido muy irregular y lo mantiene en la pelea por evitar el descenso, una situación impensada para un club de su tamaño histórico.
