El mundo despide a una de las figuras más queridas y transformadoras de la Iglesia Católica. Jorge Mario Bergoglio, conocido como el “Papa Francisco”, falleció este lunes 21 de abril a los 88 años de edad, a las 2:35 am hora argentina.
Francisco fue el primer pontífice nacido en América y también el primer jesuita en llegar al trono de San Pedro. Desde su elección en marzo de 2013, el argentino mostró una cercanía inusual con la gente común, defendiendo la justicia social, abriendo las puertas a la comunidad LGBTQ+ y promoviendo un rol más relevante de la mujer dentro de la Iglesia. Su estilo sencillo, directo y humano lo convirtió en un referente no solo para los creyentes, sino también para la sociedad global.
Amante del fútbol, Bergoglio entendió este deporte como una herramienta de transformación social. Hincha y socio de San Lorenzo de Almagro, el Papa recibió cientos de camisetas de equipos de todo el mundo a lo largo de su pontificado, confirmando que su pasión futbolera nunca se apagó, ni siquiera en el Vaticano.
El Club Papa Francisco
En octubre de 2013, apenas siete meses después de su asunción como Papa, nació en San Francisco Solano, en el conurbano bonaerense, el "Club Social y Deportivo Papa Francisco". Este equipo de fútbol semi profesional, registrado en la Asociación del Fútbol Argentino, surgió con la misión de promover entre los jóvenes los valores que el pontífice predicaba: inclusión, respeto y solidaridad.
El club debutó en la Liga Lujanense el 12 de abril de 2014, luciendo un uniforme blanco y amarillo en honor a los colores papales. Su propósito iba más allá de lo deportivo: buscaba sacar a los chicos de la calle y alejarlos de las adicciones.
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En septiembre de ese mismo año, los directivos del club visitaron al Papa en el Vaticano y le entregaron una camiseta con su nombre y el número 10. Lamentablemente, la crisis económica derivada de la pandemia de COVID-19 obligó al club a abandonar el fútbol y el voleibol, manteniendo activo únicamente el taekwondo.
El Papa y su amor eterno por San Lorenzo
Desde su juventud, Jorge Mario Bergoglio fue un fanático incondicional del Club Atlético San Lorenzo de Almagro. Era el socio número 88.235 de la institución y celebró con emoción cada logro de su equipo. En un hecho casi simbólico, San Lorenzo conquistó su primera Copa Libertadores en 2014, un año después de la elección de Francisco como Papa, bajo la dirección técnica de Edgardo Bauza.
La relación entre el pontífice y el club era tan estrecha que, en 2008, Bergoglio ofició la misa por el centenario del equipo. El club, cuyo nombre homenajea al sacerdote salesiano Lorenzo Massa, comparte con Francisco una visión del deporte como motor de inclusión y trabajo comunitario.
El deporte en la historia de los papas
El vínculo entre la Iglesia Católica y el deporte no es nuevo. Desde principios del siglo XX, diversos pontífices promovieron su importancia. De acuerdo con el Diario AS, Pío X recibió en 1905 a un grupo internacional de deportistas católicos; Pío XI era un apasionado del montañismo; Pío XII, apodado "el amigo de los deportistas", instaló el primer gimnasio en el Vaticano. Juan XXIII reconoció el valor social del deporte durante el Concilio Vaticano II.
Sin embargo, fue Juan Pablo II quien llevó esta relación a un nuevo nivel. "El Atleta de Cristo", como fue llamado, practicó fútbol, senderismo y canotaje en su juventud, asistió a partidos y fue socio honorario de clubes como FC Barcelona y Schalke 04. Benedicto XVI, a su vez, se convirtió en el socio 100 mil del Bayern Múnich en 2013, reafirmando el lazo entre el Vaticano y el deporte mundial.
