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Coincidió con Maradona y 'El Matador' en Boca Juniors, ahora trabaja como chofer en Argentina

Exjugador de Boca Juniors, que compartió vestuario con Diego Armando Maradona y Luis Hernández "El Matador", hoy sueña con volver al club con una nueva profesión

Coincidió con Maradona y 'El Matador' en Boca Juniors, ahora trabaja como chofer en Argentina
Compartió equipo con grandes leyendas del fútbol y ahora se dedica a ser chofer de colectivos en Argentina Foto: Luis Dario Calvo

Luis Darío Calvo no suele hablar de su pasado. Callado y reservado, maneja colectivos mientras recuerda en silencio los días en que compartía vestuario con Diego Maradona, Luis Hernández "El Matador", Juan Román Riquelme y Claudio Paul Caniggia en Boca Juniors. ¡Entérate de toda su historia a continuación!

Tenía apenas 18 años cuando debutó en la Bombonera bajo las órdenes de Silvio Marzolini, y aunque su carrera no alcanzó los flashes de otros, vivió en primera persona una de las etapas más ricas en historia del club. Hoy, a los 47, trabaja como maniobrista en la línea 216 de Morón, Buenos Aires, y sueña con reencontrarse con el deporte desde otro lugar: la kinesiología.

Luis Darío Calvo junto a Juan Román Riquelme. Foto: Facebook: Luis Dario Calvo

“Siempre digo que no dejé el fútbol, el fútbol me dejó a mí”, cuenta con la voz pausada para el medio “TN”. Luego de pasar por equipos como Rosario Central y Banfield, y probar suerte en Europa y Centroamérica, una fuerte depresión lo alejó del deporte. “No quería ver fútbol, ni jugar. Me sentía fracasado”, recuerda. Pero el tiempo, la familia y las ganas de salir adelante lo empujaron a volver a estudiar.

Primero terminó el secundario, y ahora cursa el ingreso a la carrera de Kinesiología en la Universidad de Hurlingham, con la esperanza de regresar al mundo que alguna vez lo ilusionó. Aunque no lo dice con palabras fuertes, su meta es clara: quiere trabajar en Boca nuevamente, pero desde el lado de la salud.

“No me veo como técnico, no me preparé para eso. Pero quiero vincularme al fútbol, y qué mejor que hacerlo en el club donde me formé, donde me enseñaron valores”, afirma.

Una carrera que tocó el cielo, pero se apagó pronto

Luis Darío Calvo debutó en Boca Juniors en 1995. Compartió vestuario con algunos de los máximos ídolos del club: Maradona, Riquelme, Caniggia, Navarro Montoya, Palermo, Barros Schelotto, entre otros. También formó parte de la preselección juvenil sub 18 de José Pekerman, una camada que luego brillaría en el Mundial Sub 20 de Malasia.

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Sin embargo, tras una década en el fútbol profesional, su carrera terminó de forma abrupta, y con ella se desdibujaron sus vínculos con el deporte.

Luis Darío Calvo jugó en el AEK Atenas FC de Grecia. Foto: Facebook: Luis Dario Calvo

El regreso desde el estudio

Años después de haber colgado los botines, Calvo decidió terminar el secundario. Fue un paso clave para reencontrarse con su propósito. Hoy estudia en la Universidad de Hurlingham con la ilusión de formarse como kinesiólogo.

“La educación me salvó. Me dio un rumbo cuando no lo tenía”, dice. Su historia es una de tantas que pasan desapercibidas en el universo del fútbol, pero que merecen ser contadas por lo que enseñan, por lo que inspiran, y por la dignidad de quien, lejos del brillo, sigue luchando.

Reflexiones de una vida ligada al fútbol y marcada por las decisiones

A lo largo de la charla, Calvo deja frases que revelan el impacto que tuvo el fútbol en su vida, tanto en los años de gloria como en los de caída. “El fútbol me dio muchas alegrías, pero también me hizo mucho daño cuando terminó. Me costó aceptarlo”, confiesa.

Reconoce que gran parte de sus problemas económicos y personales se debieron a decisiones mal tomadas: "Uno elige con el corazón, con lo que cree que va a funcionar. Pero a veces no sale. Eso me dejó sin rumbo, sin motivación".

Sus palabras también reflejan la humildad con la que vive su día a día en la empresa de colectivos. “Mis compañeros a veces no entienden cómo pasé de estar en Boca a estar maniobrando colectivos. Me preguntan: '¿qué te pasó?' y yo prefiero no hablar mucho. Me tratan bien, me invitan a jugar, y eso me basta”, relata con una mezcla de orgullo y nostalgia.

Más allá del pasado, Luis tiene la mirada puesta en el futuro: "No busco volver a ser lo que fui. Quiero ser útil, aportar desde otro lado. Y si puede ser en Boca, sería cerrar un círculo".

 

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