Julián Quiñones llegó a Arabia Saudita con muchas dudas a cuestas, pero terminó silenciando críticas con goles, liderazgo y un rendimiento que lo catapultó al estrellato en la Saudi Pro League. El delantero colombiano, nacionalizado mexicano, que dejó al Club América en 2024 tras ser campeón en México, no solo se convirtió en pieza clave del Al-Qadsiah, sino que ahora comparte valor de mercado con nada menos que Cristiano Ronaldo.
Con 20 goles en 30 partidos, "El Gigante" se ganó un lugar entre los mejores artilleros del torneo saudí, solo por detrás de figuras de talla mundial como el propio “CR7", Ivan Toney y Karim Benzema. Su temporada fue tan contundente que hoy su nombre aparece en las portadas de los periódicos asiáticos como el gran motor de su plantel, equipo que disputará la final de copa este viernes 30 de mayo.
Lejos de la etiqueta de “irse a retirar”, el atacante demostró que llegó para competir en serio. Si el Al-Qadsiah logra levantar el trofeo copero, clasificará a la Champions League 2 de Asia, desplazando al mismísimo Al-Nassr de Ronaldo.
El valor de Quiñones en Arabia Saudita
Según la última actualización de Transfermarkt, Julián Quiñones y Cristiano Ronaldo están tasados en 12 millones de euros (aproximadamente unos 261 millones 692 mil pesos mexicanos). Pero lo realmente impresionante es que el ex América llegó a esa cifra desde apenas 1 millón en menos de un año, mientras que “El Comandante”, con una carrera histórica detrás, mantiene ese valor a sus 40 años.
Con este salto de 1.000%, el futbolista de 28 años se instala como uno de los futbolistas más valiosos del torneo y, sin duda, el jugador mexicano con mayor crecimiento económico en lo que va del 2025.
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El imperio Cristiano Ronaldo
Aunque compartan valor en el mercado, la diferencia de patrimonio entre Quiñones y la leyenda portuguesa es abismal. “Cris” acumula una fortuna de 1.200 millones de dólares, y en 2024 fue el deportista mejor pagado del mundo con ingresos anuales de 275 millones. Patrocinios con Nike, Binance y Tag Heuer, además de su marca personal CR7 (que incluye hoteles, ropa y gimnasios) han convertido al delantero europeo en una máquina de hacer dinero.
Pero mientras sigue cosechando éxitos financieros, Quiñones celebra su propio triunfo: romper prejuicios, reinventarse y demostrar que su carrera todavía tiene capítulos importantes por escribir.
