Lo que prometía ser un nuevo capítulo en la carrera de Carles Pérez se transformó en una pausa inesperada. El futbolista español, que acaba de incorporarse al Aris de Salónica en busca de continuidad, se vio obligado a alejarse de las canchas debido a un accidente fuera del ámbito deportivo: haber sido atacado por un perro.
Pérez, de 27 años, había llegado al club griego en calidad de cedido desde el Celta de Vigo, con la intención de recuperar protagonismo tras una temporada irregular en LaLiga. Su debut fue inmediato: disputó los 90 minutos en el partido de ida de la fase previa de Conference League frente al Araz-Naxçivan. Sin embargo, no podrá estar presente en el duelo de vuelta ni en los entrenamientos venideros.
El contratiempo sorprendió tanto a sus compañeros como al entorno del club, donde su adaptación parecía ir en buen camino. La dirección deportiva apostaba por él como una de las piezas clave para la temporada, pero la realidad cambió de golpe, generando incertidumbre sobre cuándo podrá volver a estar en plenitud.
Lo que le sucedió y cómo evoluciona su estado de salud
Según informaron medios griegos y españoles, Carles Pérez fue atacado por un perro mientras paseaba a su propia mascota. Otro can lo mordió en los genitales, causándole cortes severos que requirieron atención médica inmediata. Fue hospitalizado de urgencia en Salónica, donde los profesionales descartaron la necesidad de cirugía y permitieron que regresara a su domicilio.
Si bien el incidente no es de gravedad, el jugador estará bajo observación médica durante los próximos días. Su recuperación dependerá de la evolución de las lesiones, y por ahora no hay una fecha estimada para su regreso a la actividad deportiva. El Aris aún no emitió un parte médico oficial, pero se espera que el jugador retome la dinámica grupal recién cuando esté completamente recuperado.
Te puede interesar: Ter Stegen nuevamente lesionado: ¿Cuáles fueron sus lesiones más graves?
Una nueva etapa interrumpida
El extremo catalán había sido uno de los refuerzos destacados del club heleno. Su llegada coincidió con otros compatriotas como Loren Morón, Monchu y Álvaro Tejero, lo que facilitó su integración al vestuario. Tras su paso por Roma, Getafe y Celta de Vigo, el objetivo era claro: relanzar su carrera en un entorno competitivo pero sin la presión mediática de las grandes ligas.
El director deportivo Rubén Reyes, también recién incorporado al Aris, fue clave en su fichaje. La apuesta apuntaba a brindarle minutos y responsabilidad, algo que no logró sostener en sus últimas experiencias. La lesión vuelve a poner en pausa ese deseo de estabilidad.
De la Masía a Grecia
Formado en la cantera del FC Barcelona, Carles fue una de las tantas promesas que llegaron a debutar con el primer equipo culé. Sin embargo, tras algunas apariciones en LaLiga y Champions, su salida fue inevitable. Pasó por la Roma y luego volvió a España, sin poder consolidarse del todo en ninguno de sus destinos.
Grecia representaba una oportunidad de empezar de cero, en una liga más accesible pero con desafíos reales. Aunque este revés llegó en el peor momento, el extremo confía en poder volver pronto y demostrar que aún tiene mucho que aportar en el fútbol europeo.
