A menos de un año para la Copa del Mundo 2026, el Estadio Azteca (hoy llamado Estadio Banorte por motivos de patrocinio) trabaja contrarreloj para completar su remodelación. El histórico inmueble de la Ciudad de México será sede de la inauguración el próximo 11 de junio, con la Selección Mexicana como protagonista, pero antes deberá pasar por una serie de pruebas y supervisiones de la FIFA.
Las obras comenzaron en mayo de 2024 y, aunque las imágenes más recientes muestran que aún queda camino por recorrer, la fecha límite para tenerlo listo está marcada para finales de marzo de 2026, durante la Fecha FIFA programada entre el 23 y el 31 de ese mes. La intención es reinaugurarlo con un partido amistoso ante una potencia internacional, en un evento que servirá como ensayo general antes de la justa mundialista.
Mientras los estadios de Monterrey y Guadalajara ya están prácticamente listos, el Coloso de Santa Úrsula es el que presenta los mayores retos de renovación. La magnitud de las obras y el tiempo de vida del estadio han obligado a planificar mejoras profundas tanto en su interior como en sus alrededores, sin descuidar el valor histórico y simbólico que lo ha convertido en un ícono del fútbol mundial.
La petición de Emilio Azcárraga para preservar la monumentalidad del Azteca
Emilio Azcárraga, propietario del Estadio, hizo una solicitud clave al equipo de arquitectos liderado por David Lizárraga, del despacho Populous: mantener la monumentalidad y el diseño original del inmueble. Aunque el objetivo es modernizarlo y adaptarlo al Siglo XXI (con mejoras en seguridad, comodidad, inclusión y estabilidad estructural), la idea es que conserve su esencia, la misma que lo ha hecho reconocido a nivel global junto a escenarios como el Maracaná o Wembley. El INBA lo tiene catalogado como edificio histórico, lo que refuerza la necesidad de respetar su integridad.
“La petición es mantener el exterior del estadio con su monumentalidad, lo más original que se pueda, respetando la idea inicial. Mover el estadio hacia el Siglo XXI, en todos los aspectos, hacerlo más cómodo, más seguro, inclusivo, más estable. Estructuralmente hablando, estos son algunos de los puntos”, dijo David Lizárraga, arquitecto de Populous.
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“El señor Azcárraga le tiene un gran amor a ese estadio, lo protege, mantiene la integridad, es un edificio catalogado como un edificio histórico por el INBA y lo protege, quiere que se mantenga la integridad, la monumentalidad que tiene el estadio, y su historia”, culminó.
Los retos de la remodelación más ambiciosa
Entre los tres estadios mexicanos elegidos para el Mundial, el Azteca es el que afronta la remodelación más exigente debido a su antigüedad y dimensiones. Las obras incluyen mejoras en accesos, servicios, butacas, zonas de prensa, iluminación, techos y entorno exterior.
El objetivo es que, pese a las transformaciones, el recinto siga siendo “la catedral del fútbol” y luzca a la altura de un evento de talla planetaria.
