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Luis Suárez y su inmenso cariño a ‘Manosanta’, el kinesiólogo que lo rehabilitó para el Mundial 2014

El goleador uruguayo encontró en un gesto de amor y entrega la fuerza para volver, y en ese abrazo eterno, un recuerdo que lo acompaña por siempre

Luis Suárez y su inmenso cariño a ‘Manosanta’, el kinesiólogo que lo rehabilitó para el Mundial 2014
Luis Suárez y su inmenso cariño por "Manosanta", el kinesiólogo uruguayo que lo llevó al Mundial de Brasil 2014 Foto: Heraldo Deportes

El fútbol suele estar lleno de gestas deportivas, pero a veces también nos regala historias humanas que tocan el alma. Una de ellas es la que une a Luis Suárez con Walter Ferreira, el kinesiólogo uruguayo que lo ayudó a cumplir un sueño en uno de los momentos más críticos de su carrera. A contrarreloj y con una lesión grave en la rodilla, el goleador celeste logró llegar al Mundial de Brasil 2014 gracias a la mano de un hombre al que todos llamaban con cariño el “Manosanta”.

El “Pistolero” se había roto los meniscos a solo 21 días del inicio del torneo. Muchos lo daban por perdido, pero él no estaba dispuesto a dejar pasar lo que podría ser su último gran Mundial en plenitud. El único que podía tocarle la rodilla era Ferreira, un kinesiólogo de Nacional de Montevideo y de la selección uruguaya, que en ese momento atravesaba una dura batalla contra el cáncer. Sin poder salir de su casa por recomendación médica, fue el propio Suárez quien comenzó a visitarlo a diario para rehabilitarse en el living de su amigo.

Contra todo pronóstico, Walter consiguió el permiso para viajar a Brasil. Y Luis, milagrosamente recuperado, jugó. En el segundo partido del Mundial le marcó dos goles a Inglaterra, uno de los cuales gritó con el alma y dedicó fundido en un abrazo con Ferreira. Aquel momento quedó grabado en la memoria del fútbol uruguayo, como símbolo de lealtad, lucha y agradecimiento.

Luis Suárez brilló con la Selección de Uruguay en el Mundial de Brasil 2014. Foto: IG @luissuarez9

Una recuperación contra el tiempo y contra el cáncer

En condiciones normales, nadie hubiera apostado por ver al goleador en Brasil 2014 tras su lesión. Pero él lo tenía claro: si el Manosanta no viajaba, él tampoco lo haría. Esa firmeza, esa conexión, logró lo impensado. Walter Ferreira, enfermo y débil, fue habilitado por los médicos para acompañar a la selección. Su presencia fue clave en la rehabilitación física y emocional del delantero.

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Ese 19 de junio de 2014, Uruguay enfrentó a Inglaterra. Luisito volvió al once titular y dejó una actuación legendaria: dos goles, uno de ellos con festejo visceral, buscando en el banco a Ferreira. El abrazo fue más que una celebración: fue un acto de amor, de gratitud, de victoria compartida. Ferreira ya sabía que le quedaba poco tiempo en este mundo, pero aún así viajó para estar con su jugador.

El homenaje que hizo llorar a Suárez

A casi diez años de aquella epopeya, el 6 de septiembre de 2024, Luis Suárez le puso punto final a su etapa con la celeste. En el Estadio Centenario de Montevideo, tras su último partido con la selección, la hija y el nieto de Walter Ferreira ingresaron al campo para entregarle un cuadro especial: una imagen de aquel grito de gol y el abrazo con el Manosanta.

Un legado que trasciende el fútbol

Walter Ferreira falleció el 6 de enero de 2015, pero su legado permanece vivo en cada historia que se cuenta sobre entrega, humanidad y pasión. Para Suárez, fue mucho más que un kinesiólogo. Fue un amigo, un sostén, un motor que lo empujó en su momento más difícil. Por eso, aunque ya no esté físicamente, el Manosanta siempre estará con él. Como aquel día del homenaje, cuando el cuadro pareció susurrarle al oído: "Y sí, Luisito, acá estoy. Ni loco me iba a perder tu último partido."

 

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