La eliminación de México en la Copa del Mundo de 1994 dejó un recuerdo muy peculiar que hasta hoy se considera un hecho único en la historia de los Mundiales. Durante el partido contra Bulgaria, los aficionados y jugadores fueron testigos de un incidente insólito: una portería quedó rota en pleno desarrollo del encuentro.
Este curioso suceso se convirtió en uno de los momentos más comentados del torneo, no solo por el impacto que tuvo en el juego, sino porque simbolizó de manera casi literal la fragilidad y las complicaciones que vivía el equipo mexicano en aquel certamen.
A lo largo de los años, la portería rota ha quedado en la memoria de los aficionados como un hecho histórico y anecdótico que distingue a aquel partido frente a Bulgaria. Más allá del resultado deportivo, este episodio resalta la capacidad del futbol para generar momentos inesperados y curiosos que se mantienen vivos en la historia de los Mundiales.
Marcelino Bernal rompió la portería
Durante un tiro de esquina a favor de Bulgaria, México defendía con intensidad cuando ocurrió un hecho inesperado. Marcelino Bernal, al despejar la pelota, terminó enganchado en la red y, al intentar liberarse, provocó que esta se rompiera y quedara inutilizable. El capitán trató de solucionar el problema mientras se debatía entre moverse y no caerse, pero la acción terminó convirtiéndose en un momento curioso que los aficionados recuerdan como un acto de improvisación.
El delantero Zague intentó reparar la portería, aunque su esfuerzo no bastó, dejando claro que el incidente sería recordado más por su singularidad que por su resolución. Afortunadamente, el árbitro sirio Al Sharif Jamal permitió que los organizadores reemplazaran la portería rápidamente, garantizando que el partido continuara sin mayores contratiempos.
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Las polémicas del partido de México ante Bulgaria en EEUU 1994
En los Octavos de Final frente a Bulgaria, las decisiones del técnico Miguel Mejía Barón, especialmente al no incluir a Hugo Sánchez, generaron polémica y terminaron siendo determinantes: tras empatar 1-1 en 120 minutos, México cayó 3-1 en penales, con solo Claudio Suárez anotando y otros jugadores fallando, reforzando la llamada “maldición” en definiciones desde los once pasos.
El partido también estuvo marcado por la expulsión de Luis García al minuto 57, en una jugada que dividió opiniones entre los aficionados y expertos: algunos consideran que la roja fue innecesaria, mientras otros creen que el árbitro intentó compensar la tarjeta mostrada a Emil Kremenliev minutos antes. Estos hechos convirtieron el encuentro en uno de los más recordados y debatidos de la historia del futbol mexicano, mezclando polémica, drama y momentos históricos.