Hay goles que quedan en la memoria por su belleza y contundencia, como el de Maxi Rodríguez a la Selección Mexicana en tiempos extra de los octavos de final de Alemania 2006, pero otros por estar envueltos en la tragedia, como el de Leopoldo Luque en el Mundial de Argentina 1978 ante Francia, que metió sin saber que su hermano Óscar había fallecido en un accidente automovilístico y al que, incluso, le tocó reconocer.
Con miras a la final de Qatar 2022 entre Francia y Argentina este domingo 18 de diciembre a las 9 horas tiempo del centro de México, los galos rememoran hoy aquel fatídico tanto de Leopoldo Luque, que le permitió seguir soñando a la Albiceleste consagrarse campeón del mundo por primera vez en su historia, por lo que los familiares del futbolista argentino no quisieron que se desconcentrara y decidieron contarle la muerte de su hermano una vez concluido el partido.
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En una de las pocas historias entre Argentina y Francia en Copas del Mundo, Leopoldo Luque fue figura en aquel encuentro de segunda jornada en el que la Albiceleste superó 2-1 a Les Bleus con tanto de Daniel Alberto Pasarella, de penal, y este golazo de Luque, mientras que el empate parcial lo anotó Michel Platini.
En el Mundial 1978, así fue el golazo de Leopoldo Luque. Checa el video
Se trató de una bella estampa en la que Leopoldo Luque recibe un paso apenas fuera de la media luna del área francesa, controló y se acomodó con la derecha, para luego de un bote sacar fogonazo que se incrustó en el ángulo superior derecho de la portería defendida por el guardameta Jean-Paul Bertrand-Demanes.
“Mi hermano fue a buscar los boletos a la terminal para venir a Buenos Aires a verme. Pero no consiguió. En vez de regresar a su casa, se fue para otro lado y se encontró a un amigo que venía a Buenos Aires. Se juntó con él y a la altura de San Isidro hay una curva, donde se llevó por delante un camión y mi hermano falleció”, confesó Luque tras el accidente de su hermano Óscar.
“Mis padres y la esposa de mi hermano dieron la orden de que no me avisaran. Jugué sin saberlo y me rompí el codo, no lo hice para hacerme el héroe. Al otro día noté que estaban raros, pensé que venían a verme por la lesión, pero mi papá me lo contó todo... Fui a reconocerlo en medio del Mundial y lo llevé a Santa Fe”, culminó el a la postre campeón del mundo ese año.
EG